decidir si luna, estrella o farola. cada cual con sus peligros. a prueba de eclipses, de pedradas, de agujeros negros.
tal vez resulte excesiva la vocación de brillo, de iluminación urbana. quizá debería sucumbir por fin a ese nosequé rural que de cuando en cuando da la cara. me da en la cara.
y renunciar a la melancolía. a esa tristeza que me hace ser quien soy (un ser en esencia alegre). ni más ni menos.
ponerme de puntillas para cambiar la perspectiva de mí misma. quizá la luna me quede demasiado alta. quizá las sombras no sean sino el alivio que necesito.
tal vez los puentes sólo puedan ser tendidos por quien ve la distancia.
y la distancia sea solo una cuestión de coordenadas.
y la vocación contemplativa que cada día pisa con más fuerza sea el puente, el camino, la lucha, la sombra, el sol, la luna, la farola, las estrellas. la suprema justificación de esta sed de letras.