recuerdo el olor de los libros nuevos, la ilusión de volver al colegio. recuerdo los días más cortos, el frío que obligaba a rescatar los calcetines. la ilusión.
quedó la costumbre de hacer planes sin balance previo. como si se pudiera partir de cero. confome pasan los años, los planes hacen vuelos cada vez más rasantes. y también se cumplen más. a veces quedan asignaturas colgando. conversaciones en el tintero. buenos propósitos. brindis. amistades cubiertas por el polvo y la desgana. destierros merecidos. un poco de dolor. y miedo.y la ilusión.
y las ganas de ser uno mismo. de encontrar el punto justo, la utopía. sin caer en los brazos desdentados de la melancolía. las ganas de plantarle cara al ego. de enarbolar banderas. de escribir sin miedo. de dominar la impaciencia, y el deseo. y tratarme la intolerancia a la lactosa y a la prepotencia. la alergia a la mezquindad, al afán de dominación, a los ácaros disfrazados de pólenes.
reivindico mi derecho a no usar las mayúsculas, a perder todos los puntos de mi carnet de identidad. a querer que me acepten, a rechazar con paz a quien me ofende. a despedir con la mano abierta a quien me de la gana. a mandar un beso, mil, o un millón en estos sobres. a reír y gastar bromas, y sufrirlas, aunque no me hagan gracia. a encontrar entre la ganga las vetas de cariño. reivindico mi derecho al pataleo, a cambiar de nombre, a sentirme mal si me da la gana, a perder el tiempo. a ser imperfecta sí, bendito sea Dios, imperfecta y libre. a gritar de vez en cuando, a cantar por la calle en voz bajita, a indignarme por las faltas de respeto. a ser asertiva. a pedir perdón cuando me equivoco. a emocionarme sin que me hagan sentir débil los frígidos emocionales.
confieso que soñar está entre mis muchos planes.
septiembre está al caer. voy preparando mi mochila.