viernes, 23 de julio de 2010

RESUMEN DE BELLEZA (IMPOSIBLE)

Nos detuvimos a mirarlos. Uno pasaba la gorra mientras la chica de las rastas hacía una pompa de jabón, una gigante. Al principio era bella, luego sorprendente, después deforme. Y al fin, explotaba. Muerta.
Pompas de jabón.
Te miré hasta llenarme. Hacía frío en Madrid. Allí estabas: esférico, brillante. Masculino, perfectamente opuesto. A mi lado, un instante. Una pompa de jabón, por esa tarde, solo para mis ojos. Quizá no me los inventé, quizá eran tuyos los reflejos irisados, cóncavos, resumen de belleza. Vino un soplo de aire y ascendiste. Imposible retenerte sin tocarte. Imposible tocarte sin perderte, jabón y agua, para siempre. Imposible, en fin, no lastimarse. No lastimarte. Imposible. Dentro del caleidoscopio, un arco iris habita cada lágrima.

miércoles, 14 de julio de 2010

LOS PECES LISTOS



El río que el hombre está mirando antes llevaba agua. Un caudal no muy abundante pero fuerte, espuma contra las piedras. Unos centenares de metros más arriba, en el llano, el cauce era ancho y la arena dorada del lecho se transparentaba a través del agua impávida. Y se veían los peces. Jugaban a que eran truchas, pero no lo eran. Ninguno sabía de qué peces se trataba, sólo que nunca lograron pescar ninguno. La corriente era traicionera y ellos, pequeños. Ninguno de los chavales. Eran rápidos, jóvenes, listos. Se reían de los anzuelos, de las lombrices, con sus labios gordos, verdes. Ahora ellos, los peces listos, también boquearían en los hospitales del tiempo. También llevarían mascarillas de oxígeno a ratos. Igual que esos chavales. Quizá alguno pudiera también bucear en sus recuerdos. Igual que el hombre, sin ir más lejos, que hubo de sentarse sobre una roca, a pleno sol, para recobrar el aliento después del ascenso hasta el llano. Su tos rota, pertinaz, ocupó el lugar del rumor del agua. A pleno sol. Había imaginado muchas veces el reencuentro. Cruzaría al otro lado, ya no le temería a la corriente rápida, traicionera. Ahora era grande. Y tenía la paciencia, el cebo y el tiempo para apostarse a la sombra. Pero no tenía sentido aventurarse a cruzar un cauce seco. Ni siquiera por ganar la sombra. Se acomodó sobre la roca. Puede que fuera por superstición. Quizá esa corriente mansa e invisible fuera más peligrosa que la otra. Quizá, concluyó, lo único que le quedaba era el respeto.

miércoles, 7 de julio de 2010

CUMPLEAÑOS

Hoy he decidido que nazco de nuevo. Por unanimidad. Que esta casa mía me gusta, a pesar de que tiene algunas grietas, y muchas habitaciones silenciosas, de que le hace falta una mano de pintura. He decidido que me quedo a vivir conmigo el resto de mi vida. Que tengo mal genio, sí, y puedo ser implacable, ingenua, y francamente idiota, pero también creo en la bondad, en la fuerza del perdón, en mis amigos. Y jamás abdicaré de mi ternura.

Me quedo conmigo para seguir limpiando mi pequeño jardín de malas hierbas. Admiraré el Versalles del vecino (aunque puede que le copie alguna idea). Seguiré riéndome, llorando, de nada, por todo. Y escribiré, escribiré, escribiré, renunciaré a domesticar mis huracanes, porque al fin he aprendido que el control ni es posible, ni sirve para nada.

Hoy nazco de nuevo a los treinta y muchos años. Llena de dolor y de esperanza. Decidida a mantener mi casa soleada y con la puerta abierta. Esa que soy yo, recién nacida, siempre inerme, siempre protegida en su esencia de talco y de diamante.

Feliz por ser una más entre miles de millones. Hoy nazco de nuevo. Por unanimidad. Me doy la bienvenida.