sábado, 12 de enero de 2008

(TRISTE) CELEBRACIÓN

Ayer falleció Ángel González (Oviedo, 1925). Era sólo un poeta; era y lo será siempre, mientras nos queden sus libros. Era mi poeta favorito, un ser que me había hecho sentir, temblar, con sus palabras. A mí como a tantos otros.
Hace dos años tropecé con él en la Feria del Libro de Madrid. No me lo esperaba en absoluto, pues no asociaba ese zoco con la poesía (ingenua que es una). Recorría las casetas, mirando más a los mediáticos que a los libros, en realidad, mientras conversaba con un amigo. Y allí estaba él: con sus ochenta años y su chaqueta puesta, a pesar de que hacía un calor infernal. No pasó nada interesante, no sé bien por qué cuento esto. Me quedé plantada delante de él, sin ser capaz de decir nada más allá de un hola. Tomaba los libros entre mis manos y los volvía a dejar, sin decidirme a comprar uno, cualquiera, qué más daría que ya lo tuviera en casa, para que me lo firmara. Como una tonta. Él me miraba serio. Supongo que pensó que, o bien era boba, o estaba loca. Cuando la situación se hizo un poco tensa, mi amigo salió en mi ayuda: no recuerdo qué le dijo, el caso es que se despidió de él y me arrancó con suavidad de la caseta. He hecho el ridículo muchas veces en mi vida, pero recuerdo pocas tan nítidamente como ésa.
Al principio sé que le miraba con la intención de descubrir algún rasgo distintivo en sus facciones, algo que supusiera una señal de que era una persona sensible, un poeta, alguien con una visión del mundo sutil, exquisita, con una mirada única, irrepetible y con el don de convertir esta mirada en las palabras justas y necesarias. Y bellas. Luego, sencillamente, me quedé atrapada en esa situación absurda que hoy me hace gracia: no me hubiera bloqueado tanto delante de George Clooney.

Ángel González se ha ido y nos ha dejado sus poemas. No se puede pedir más, salvo una vida menos triste y dolorosa.


IGUAL QUE SI NUNCA
¿Es algo más que el día lo que muere esta tarde?
El viento
¿qué se lleva,
qué aromas arrebata?
Desatadas de golpe, las hojas de los árboles
ciegas van por el cielo.
Pájaros altos cruzan, se adelantan
a la luz que los guía.
Sombría claridad
será ya en otra parte
-por un instante sólo-
madrugada.
Con banderas de humo alguien me advierte:
-Míralo todo bien;
eso que pasa
no volverá jamás
y es ya igual que si nunca hubiese sido
efímera materia de tu vida.

ÁNGEL GONZÁLEZ



Aquí podréis encontrar más información sobre él.


Pd.- Triste celebración porque ésta es mi entrada número cien. (¿Por qué esa afición por las conmemoraciones, por los números redondos?) Triste entre paréntesis: celebremos, sí, la vida de un poeta.

28 comentarios:

Maritornes dijo...

Patidifusa me acabo de quedar. Nunca se sabe cuándo van a poner en tus manos la belleza. Y ese poema de Ángel González me ha hecho despertar de golpe en esta indolente mañana de sábado. Muchas gracias, Leo. Requiescat in pace. La muerte de un poeta siempre es una herida.
Besos

nieve dijo...

Sabes una cosa mi queridisma Leo? Eres una persona sensible, cálida. Tú si que tienes una visión del mundo sutil, exquisita, irrepetible, no puedes negarlo, lo demustran tus escritos. Y no creo que fueras tú la que hicieras el rídiculo ese día. A veces ocurre que la grandeza en los poemas no se demuestra luego en el día a día. Tú si lo haces Leo. Tus escritos te delatan y no sólo los que cuelgas en tu blog, también tus visitas y comentarios en los nuestros. Tú no te hubieras quedado mirando, impasible. Tú te hubieras acercado, hubieras sonreído, hubieras tenido una palabra amable que diera pie a una conversación cálida. Tú si mi querídisima Leo.

Un besote

Luis López dijo...

La sombría claridad un día se acaba. Descanse en paz.
Saludos.

Tawaki dijo...

Qué mejor número para recordar con cariño a alguien que te ha dado, y te da, muchos momentos de felicidad. Aunque de tus palabras se desprenda la tristeza por su fallecimiento también queda tu homenaje.

Un beso.

Anónimo dijo...

Van acabándose todos...
Yo también dejé una entrada sobre él en mi blog de Los Panes y los Peces.
http://lospanesylospeces.blogspot.com/2008/01/ngel-gonzlez-todava-120108.html
Un beso, querida.

hombredebarro dijo...

Es quizás uno de los más sencillos y bonitos homenajes que he leído sobre alguien a quien no conocemos personalmente, pero de quien nos sentimos muy cerca. Cosa que suele pasar con los poetas de verdad.

Desesperada dijo...

mira el lado bueno, llenas tu entrada número de cien de poesía! me he reído a pesar de todo con la anécdota, ¡yo hubiese hecho el mismo ridículo con otra gente! jajaja bicos, guapa

Anónimo dijo...

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Josefa dijo...

El Poeta no muere, quedan sus versos.
Besos

Mariano Zurdo dijo...

Más que un poeta es lo que pasará a la eternidad. Alguien comprometido con su tiempo y con los suyos. Y después con la poesía.
Y me parece una preciosa entrada para celebrar las 100.
Besitos/azos.

Cyllan dijo...

Tu entrada 100 no es triste leoncita, es hermosa. Así que te quedaste mirándole para ver si le veías algún rasgo que lo distinguiera como superior. ¿Y qué viste? Cuéntanos.

Blau dijo...

Leooo, que mejor numéro, a celebrar.
Un besote

leo dijo...

Maritornes: Qué bonitas palabras, "la muerte de un poeta siempre es una herida".

Nieve: Me emocionan tus palabras, de verdad. Muchísimas gracias.

Luis: Muchas gracias por tu visita y por tus acertadas palabras.

Tawaki: Vaya por delante mi homenaje al grandísimo poeta. Si uno piensa en sus versos es difícil estar triste mucho rato.

Ana: Preciosa tu entrada. Qué suerte haberle conocido, ¿atisbaste tú su "misterio"?

Hombre de barro: Es cierto que sus poemas nos los acercan tanto que da la sensación de que los conocemos.

Deses: Yo también me río, vaya tela: más palurdilla... Jajajaja.

Josefa: qué razón tienes; muere el hombre.

Mariano: Sabía muy poco sobre su vida y ahora que estoy leyendo más estoy alucinando con muchas cosas que le tocó pasar.

Cyllan: Vi a un hombre anciano, nada más y nada menos. Somos cajitas de sorpresas.

Blau: Eso: celebremos, pues.

Muchas gracias y muchos más besos a todos.

Anónimo dijo...

Soy asturiana y una profe de literatura me habló de el hace mucho tiempo. Casualmente hoy encuentro tu blog. Que sensacion mas rara se queda en el cuerpo...

Sandra Sánchez dijo...

Un homenaje precioso, el que le has hecho a Angel González...nos quedan sus versos que no mueren...
(supongo que lo de celebrar cifras redondas será una forma más del ser humano de intentar encontrar la perfección...)

Antonio Senciales dijo...

Hola, Leo, mi más sentido pésame...
Escribió:

'Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.

Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

(Muerte en el olvido, Ángel González).

Azul... dijo...

Yo también le he hecho un pequeño homenaje en mi blog de poesía. Te regalo algo que me dejó en un comentario un "anónimo" que, como tú y yo, como tantos, aprendimos a amar más la poesía de su mano...

Un besote, guapísima mía


«Para que yo me llame Ángel González, para que mi ser pese sobre el suelo, fue necesario un ancho espacio y un largo tiempo: hombres de todo el mar y toda tierra, fértiles vientres de mujer, y cuerpos y más cuerpos, fundiéndose incesantes en otro cuerpo nuevo»

Izel dijo...

A mí me parece una entrada 100 perfecta... Y un homenaje muy bonico...

leo dijo...

Miriam: ¡Bienvenida! Los libros siguen ahí, pero se siente una sensación rara, hueca, no sé... Un abrazo y gracias por venir.

Pulgacroft: Gracias. Supongo que esas "fechas redondas" también sirven para recomenzar, para emprender una nueva etapa. Un beso, guapa.

Antonio: Mil gracias por compartir este maravilloso poema, por traerlo aquí. Me encanta ver mi blog lleno de Ángel González. Un abrazo.

Azul: Mil gracias, como a Antonio, por traer aquí esos versos. Y, por supuesto, por tu presencia y tus palabras siempre cálidas. Ahora mismo paso por tu blog de poesía.
Un gran abrazo.

Izel: Muchas gracias, hermosa. Un abrazote.

miwok dijo...

Hola Leo...que retorno un poco por estos mundo del blogspot y me encuentro con esta preciosa entrada tuya, homenajeando a este gran hombre...yo lo conozco muy poco y sólo porque le gusta a un cantante que me gusta a mí, pero lo he leído en los últimos días...y es muy bueno.

Un beso.

Paco dijo...

Lo vi en EL PAIS, y efectivamente es una perdida terrible.

rubén dijo...

Siempre es algo más que el día lo que muere cada tarde. Los poetas son especialmente sensibles a esa pérdida.

winfried dijo...

Bonito post Leo. Lastima del señor que fallecio, pero sus poemas quedaran por siempre vivos

leo dijo...

Miwoc: ¡Dichosos los ojos! Me alegro un montón de verte por aquí. Y también de que hayas descubierto a Ángel González. Un besote.

Paco: Ha sido genial la cobertura que le han dado en todos los periódicos. Y parece que nadie conoce a los poetas...

Rubén: Bienvenido. Es verdad, ellos parecen tener un filtro más sensible para la realidad.

Winfried: Sí, nos quedan sus poemas, para siempre. Un beso.

Anónimo dijo...

no creo que pensara que eres una boba. Lo más seguro es que le hubieses sugerido algún pasaje, alguna frase... esta gente anda siempre un universo por encima de los pobres mortales.

Pues se ha ido, sí... y tu recordatorio nos anima a pensar que todo es prestado y nada es para siempre (salvo los diamantes aquellos)

un beso lluvioso

leo dijo...

Isidro: Graciñas, me encanta tu manera de animarme (sugerirle algo a un poeta...), tu recordatorio tan pertinente y tu beso lluvioso.
Te mando otro "seco y soleado".

Raquel dijo...

Preciosa entrada, Leo. Es rico leerte después de no haber podido hacerlo estos días; me calma leer tu tono y tu decir.
Me gusta Ángel González.
Me pasó algo parecido cuando conocí a un etnomusicólogo del que había leido bastantes cosas y que es toda una institución. No supe qué decirle; le miraba como si mirándole pudiera resumir cómo le había imaginado físicamente, cómo lo que leí de él me llegaba.

Un abrazo

leo dijo...

Gracias, Raquel. A mí me gusta tenerte de vuelta: se te echaba de menos; menos mal que has sido buena y nos has ido informando puntualmente de tu viaje en tu blog.
Me alegro de que me cuentes lo del etnomusicólogo: ya creí que estas cosas sólo me pasaban a mí.
Besotes.