miércoles, 23 de abril de 2008

UN GRAN DÍA

Veintitrés de abril de 2008

1
He celebrado el día del libro dando por terminado mi "ultimísimo" repaso a la novela. Imprimiéndola.
Fotocopiándola.
Encuadernándola.
Ahora puedo tocarla. Es una sensación magnífica cuando un sueño se hace tangible. Lo que sea a partir de ahora no es tan importante. Quería contar esa historia, y ya está hecho.

2
Los encuentros en ascensores, que no se sabe si suben o bajan, son perturbadores. La atmósfera se llena de electricidad. El aire se vuelve tan denso que podría cortarse con tijeras. La primavera tiene la culpa. Las hormonas. La carótida latiendo en su cuello. Dan ganas de volverse felino, despojarse de la falsa piel a cada paso elástico, cada vez más cerca, y apagar las luces de un zarpazo.

3
Que el corazón tiene razones que la razón no entiende es algo que cada vez me resulta más evidente. Y más incomprensible. Y más sedante, o será la pereza... Para qué darle más vueltas. Me detengo en la siguiente diástole. La sístole la seguirá sin que yo haga nada. Qué descanso. Disfrutaré del cálido discurrir de la sangre por mis venas. La carótida latiendo en mi cuello. Estoy viva. Siento.
Las cosas que tienen que ser siempre son sencillas.

34 comentarios:

rubén dijo...

Yo sufría en los ascensores. Últimamente lo he supereado. ¡Y sin terapia! Me estaré haciendo mayor.

Felicidades otra vez por el libro. Se puede decir que hoy es -ha sido- tu día.

Un beso

Sandra Sánchez dijo...

La novela puedes tocarla y olerla jaja, a mí es que me encanta el olor de los lobros nuevos...
Ay chica me has dejado muy intrigada con lo del ascensor...intuyo que el acompañante era interesante ¿no? jeje...
Respecto al punto 3...uyyy como te oiga Drácula...!!!

Anónimo dijo...

Leo, enhorabuena por el final de tu novela. Y ahora ¿qué tienes que hacer? ¿vas a presentarla a algún concurso, llevarla a alguna editorial?. Apúntame en la lista para un ejemplar dedicado...
Muchos besos y a por otra.

Raquel dijo...

Enhorabuena de nuevo por la novela.
Se te siente muy viva a través de este post. ¡Qué genial!
Besotes

Blau dijo...

Leo leooo,
1.- Quiero leerlaaaaa yaaaa
2.- Los ascensores, que de historias
3.- yo también, estoy viva

Besosssss

Izel dijo...

Tiene que ser emocionante tenerla en tus manos... Me encantaría leerla...

Los ascensores tienen un peligro...

No hay nada mejor que sentir la vida corriendo por las venas...

leo dijo...

Rubén: Es que los ascensores son lugares peligrosos en muchos aspectos. Gracias otra vez por tu felicitación. Un beso.

Pulgui: A mí también me encanta olisquear los libros nuevos. El olor de los libros de texto nuevos es algo que me transporta inmediatamente a la infancia, al mes de septiembre... Aysss, me he puesto nostálgica. Besotesssss.

Cuqui: Muchas gracias, qué ilusión verte por aquí. ¿Y si nos proponemos seriamente que no pase la primavera sin que nos tomemos ese café? Un besote enorrrrrme, extensible al resto de tu troupe.

Raquel: Muy viva, Raquel, sí. Llena de proyectos, con fuerza e ilusión. ¿Qué más se puede pedir? Gracias y besotesssssss.

Blaucita: Graciñas, mi loquita. No me cabe ninguna duda de que estás muy reviva, maja. No hace falta más que darse una vuelta por "tu casa". Mil besos, guapa.

Izel: Es muy emocionante, sí. Un archivo de word no respira: el papel sí, a su manera. Desde luego que los ascensores tienen peligro: espacios cerrados, suspendidos de cables, en movimiento, con carga, aventurándose hacia las alturas en contra de la gravedad... Y eso sin
contar con lo que vaya dentro. Besotesssssss.

Azul... dijo...

Bueno, ya sabes que yo el punto 1 lo celebro como propio, porque cada cosa que termina es una puerta hacia otra y otra y otra, así que ¡a por ellos!

La última frase del post de un sabio y de un profundo que no necesita de más. Así es, sin duda (en mi tierra decimos que "lo que es del cura va pa' la iglesia :)

Un beso enormísimo!

Anónimo dijo...

hola!
soy angel, del taller de novela del año pasado! me chivó Paloma que tienes este blog.
la novela que has terminado es la del año pasado????

besos

leo dijo...

Azul: Me emociona un montón la fe que me demuestras. Ojalá sepa estar a la altura. Mil gracias. Y mil besos.

¡Angelito! Qué ilusión me hace tu comentario. ¿Por qué no me mandas un mail a mmeliteraria@yahoo.es y así nos contamos? Gracias por pasarte y ¡escríbeme! ¿vale? Un besote grande.

Ana Vázquez dijo...

¡Qué bonito poder tocar tu novela!Normal que te haga mucha ilusión...

Un beso.

nieve dijo...

Mi querida Leo, hoy quiero regalarte este cuento:

La bomba de agua

Cuentan que un cierto hombre estaba perdido en el desierto, a punto de morir de sed.

Cuando él llegó a una casita vieja -una cabaña que se desmoronaba- sin ventanas, sin techo, golpeada por el tiempo.

El hombre deambuló por allí y encontró una pequeña sombra donde se acomodó, huyendo del calor del sol desértico.
Mirando alrededor, vio una bomba a algunos metros de distancia, muy vieja y oxidada.

El se arrastró hasta allí, agarró la manija, y empezó a bombear sin parar.

Nada ocurrió. Desanimado, cayó postrado hacia atrás y notó que al lado de la bomba había una botella. La miró, la limpió, removiendo la suciedad y el polvo, y leyó el siguiente mensaje:

"Primero necesitas preparar la bomba con toda el agua de esta botella, mi amigo"
PD.: "Haz el favor de llenar la botella otra vez antes de partir."
El hombre arrancó la rosca de la botella y, de hecho, tenía agua.

¡La botella estaba casi llena de agua! De repente, él se vio en un dilema:

Si bebía el agua podría sobrevivir, pero si volcase el agua en la vieja bomba oxidada, quizá obtuviera agua fresca, bien fría, allí en el fondo del pozo, todo el agua que quisiera y podría llenar la botella para la próxima persona... pero quizá eso no salga bien.
¿Qué debería hacer? ¿Volcar el agua en la vieja bomba y esperar el agua fresca y fría o beber el agua vieja y salvar su vida?
¿Debería perder todo el agua que tenía en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables, escritas no se sabía cuando?
Con temor, el hombre volcó todo el agua en la bomba. Enseguida, agarró la manija y empezó a bombear... y la bomba empezó a chillar. ¡Y nada ocurrió! Y la bomba chilló y chilló.

Entonces surgió un hilito de agua; después un pequeño flujo, ¡y finalmente el agua salió con abundancia! La bomba vieja y oxidada hizo salir mucha, pero mucha agua fresca y cristalina. Él llenó la botella y
bebió de ella hasta hartarse. La llenó otra vez para el próximo que por allí podría pasar, la enroscó y agregó una pequeña nota al billete preso en ella: "¡Créeme, funciona! ¡Necesitas dar todo el agua antes de poder obtenerla otra vez!"


Un besote y buen fin de semana

Desesperada dijo...

estoy deseando leer esa novela!!!!!

Fernando Alcalá dijo...

Es que levantarse por la mañana y ver la novela ahí, impresa, sobre la mesa, con su portadita y todo y sus espirales... es que dan ganas de achucharla y envolverla en una manta.

Y no me hables de ascensores, cuando era pequeño mi hermano y y oteníamos la manía de partirnos de risa en un ataque cada vez que algún vecino coincidía con nosotros. Desde entonces, siempre prefiero subir solo no sea que vuelva a darme la risa tonta.

leo dijo...

Alu: Sí que lo es, muy bonito. Muchas gracias por tu visita. Besos.

Nieve: Muchas, muchas gracias. Jo, me encantan tus super comentarios. Un besote enorme.

Deses: Gracias. Me ilusiona un montón vuestro interés. Besotes.

Fer: Me acordé mucho de ti cuando terminé de sacarla por la impresora. Qué sensación. Besotes.

Sir John More dijo...

Ay, Leo, las razones del corazón... Me alegro mucho por lo de tu novela. Yo me siento tan incapaz de hacer algo así... Estuve a punto de ir a Madrid este fin de semana pasado, así que de menuda escenita te salvaste: yo de rodillas, en cualquier café de la capital, con los ojos rebosantes de lágrimas, y suplicándote que me dejes leer tu novela... Bueno, todo se andará... :-)

Besos de admiración

leo dijo...

Sir, ¿para cuándo has dejado ese viaje? Avisa, ¿eh? Muchas gracias por tus palabras, tan cariñosas. Besos de agradecimiento.

Anónimo dijo...

Yo tengo vértigo... flipante... algo fuera de toda mesura... literalmente, me A CO HO NO al subirme a una banqueta. Cosa que no me pasa en los ascensores... me gustan... ya ves. Es un buen lugar para enterarse de lo que pasa en el vecindario... claro lo malo es que sólo subas al tercero, que te enteras de la misa la mitad...

Querida Leoncia, será porque he llegado a tu site hace recientemente y me pasa lo mismo que en los ascensores... me entero de la misa la mitad... sabía que estabas escribiendoi una novela...pero... ooooooooooooooohhh, pero...

¿Como se consigue tan deseado ejemplo de las letras de nuiestra pais?

te beso desde mi "fiaca"

Anónimo dijo...

por cierto... si, en mi bló hay un chat... y muchas cosas más. Ya hubo más de lo que hay, pero es todo pura apariencia.

si no ves todo lo que hay, ¿Será por que utilizas explorer?

Eso me recuerda un anuncio de la TV de los ochenta...

"Si no tienes imaginación... ¿será que ves mucho la television?"

Anónimo dijo...

Hola Leo!!

Te felicito por ese hijo de letras. Me da mucho placer saber que en la blogosfera los talentos siguen.

Me cuentas donde podré conseguirlo.

Besitos amistosos por coordenadas terrenales desde Medellín, Colombia!

Blau dijo...

Leoooo, que abandonoooooo

Blau dijo...

Leoooo, que abandonoooooo

Josefa dijo...

Estoy deseando leer tu novela.
Dime el titulo y la compraré.
Cuando por vez primera entré en tu blog me encantó y pensé esta chica tiene dotes de escritora. Me alegro de que hayas escrito una novela.
Un beso.

leo dijo...

Muchas gracias, Isidro, Lully (¡Bienvenida!), Blau, Josefa...
Estos días ando un poco de cabeza, con obligaciones familiares y un poco tocadilla de salud. Por eso estoy tardando en actualizar y tenog también un poco olvidados vuestros blogs. Espero ponerme al día la próxima semana.
Besos.

Azul... dijo...

Yo no dudo por un momento de que estarás muuuucho más allá de la altura, así que no te me estreses, que yo soy la presidenta incondicional de tu club de fans :)

pasé a dejarte un tren de besotes... las cosillas andan revueltas, por eso no me ves mucho por aquí ni por allá, pero estoy, lo sabes

tqm, Maga bella

Paco dijo...

en mi trabajo los ascensores se quedan bloqueados a cada dos por tres... y son de un organismo oficial...

saludos

Anónimo dijo...

Un gran día literario, tu 23... Las cosas que tienen que ser siempre son sencillas. Como tu mensaje. Espero volver mañana, después de tres semanas casi fuera del mundo.
Gracias: breve palabra, sencilla. Como un beso. El tuyo.

hombredebarro dijo...

Esa fisicidad de las hojas impresas y encuadernadas te reconcilia con el trabjo invertido. Al menos durante unos instantes. Enhorabuena.

Mariano Zurdo dijo...

¡Qué ganitas de leerla! ¿Puedo, puedo? jajajaja (supongo que seré el lector voluntario un millón y medio, más o menos.
Lástima que mi pequeñita editorial no tenga todavía capacidad de edición, sólo de autoedición (claro, que con punto de venta incluido, jeje), que si no ya estaba mandándote el contrato.
Disfruta de la sensación.
Besitos/azos.

Anónimo dijo...

¿Dónde te metes?.
Desde que eres novelista nos tienes abandonados...
Espero que estés bien.
Un beso

carmen dijo...

Cuánto tiempo sin entrar en los blogs, en el tuyo e incluso en el mío. Por fin lo hago y me encuentro con tus ascensores y tu optimismo.
¿Tú novela? Lo importante no es que la hayas terminado, lo verdaderamente importante es lo que me está gustando, lo que disfruto, el esfuerzo compensado.
Enhorabuena, prenda. Ánimo,acariciala sin medida ni clemencia.
Besote
Carmen
Pd me gusta el rollo del ascensor ¿Quién subiría en él para tanta adrenalina y feromonas y...?

Azul... dijo...

Chiquita, espero que estés mejorcilla y que se te desenreden las cosas prontito

Te mando 3000 besotes

Blau dijo...

Leo leoooo, te dejo besos americanos, muacccc, jajajajaa

leo dijo...

Blau: GRacias por esos besos americanos. Te mando algunos madrileños, también. Disfrutaaaaaaa.

Azul: Muchas gracias. Parece que ya va volviendo todo a la normalidad. Poco a poco. Graciñas y un besote.

Carmen: Me alegro mucho de que te esté gustando. Muchas gracias por tus ánimos de siempre: han sido y son muy importantes para mí. Besotesssssssssss.
Pd.- Ay, los ascensores...

Cuqui: He andado perdida, con enfermedades y asuntos varios, pero ya he vueltooooo. Muchas gracias, guapa. Un besote.

Mariano: Pues aún la estoy dejando reposar un poquito, más adelante, cuando la retome en serio, decidiré qué hago con ella. Ya te iré contando. Qué momentazo es éste, ¿verdad? como para no disfrutar. Gracias. Un besote grande.

Hombre de Barro: Tienes toda la razón: durante unos instantes. En seguida surge la necesidad de continuar el camino, de volver a empezar. Y sí, como Santo Tomás, hay que poder tocarlo para creer que es cierto. Un abrazo, maestro.

Ana: Qué bien que ya has vuelto. Ahora me pasaré con calma por tu casa. Muchas gracias y un beso grande.

Paco: Qué miedo. Es una pesadilla recurrente para mí lo de quedarme encerrada en el ascensor. Aunque en función de la compañía puede ser toda una experiencia. ;) Besos.