Hámsters que corren dentro de su rueda. Ruedas que se deshacen con el tiempo, con la lluvia. Tantos empeños. ¿Qué comerán los hámsters? Corren, miran por las ventanillas de los trenes. Miran los relojes, algunos son blandos, se reblandecen con las copas, por las noches, cuando se pasea al lado de otros hámsters, y no se cruzan los caminos, ruedas de miedo, de orgullo, de aislamiento. Por no reconocer nuestra extraña pobreza, o que no sabemos ni qué comen los hámsters. Incapaces de cuidar de nosotros mismos. De entender que no se trata de encontrar las 70 veces 7 diferencias que nos hacen peores que los demás, peores hámsters, en peores ruedas. Y sin saber qué podrá saciar nuestro apetito. Ay, si un día nos bajáramos de la rueda. Y viéramos que el mundo sigue girando sin tanto, baldío, empeño.
10 comentarios:
Girar y girar en la rueda sin ir a parte alguna forma parte de la naturaleza del Hámster, si no hiciese tal vez sería un ratón, que es otra cosa ;)
Saludos
Hola!
Quizá hay una puerta o una ventana... algún hueco por el que escaparse! Te dejo el mío:
http://sisifo-27.blogspot.com/2011/11/el-hamster.html
Me gusta mucho lo que cuentas.
Saludos!!!
El problema es la jaula, Leo. La jaula que obliga al hámster a dar vueltas en la rueda y comer lo que le echan. Y copular y parir sin parar, si van de dos en dos. La jaula que no percibimos en nuestras vidas, salvo en raras noches de lucidez. Cuanto más pequeña es la jaula, más rueda la rueda. Sin jaulas, la rueda sería la vida, eso que rueda aunque nosotros estemos quietos.
Pero ¿quién se atreve a vivir sin jaulas?
Qué buena reflexión Leo...
Creemos que porque las ruedas no tienen barrotes somos libres y no nos damos cuenta de que no podemos parar de girar en ellas...
Me ha encantado
;)
Me encantan los hamsters...
Muchas veces me siento así, y no solo en lo emocional...
Besicos
Quizá sea eso lo que nos desconcierta, que la rueda siga girando sin nosotros.
Begoña: Me ha gustado lo del ratón. :-)) Sí que es otra cosa. UN beso y gracias por venir.
Sísifo: Bienvenid¿a/o? Me pasaré por tu casa para salir de dudas. Ánimo con la piedra. :-)
Miguel de esponera: creo que no se puede vivir sin alguna jaula. Y puede que no se deba. La cosa es si hace falta correr tanto... sin parar. .-) Gracias.
Pulgui: Gracias. Hay qur romper los barrotes y salir a pasear un rato. Te invito. :-))
Dintel: ¿Si? A mí me dan grimilla, la verdad...
Belén: Ains, querida, demasiado a menudo nos sentimos así, ¿verdad? Un besote, maña.
Carmen: Sobre todo desconcierta a nuestro pobrecito ego. Carmencita, sol, ¿cuándo nos vemos? Besotesssss.
Me gusta esta entrada sobre hamsters, tan hipnótica como sus incesantes movimientos. Quién no se ha quedado alguna vez como ellos, en un rodar eterno. Sí, tendríamos que bajar y ver.
Saludos
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