domingo, 29 de noviembre de 2009

ORIGINALIDAD (ACTA I: Sobre la renuncia)

Pues resulta que ya todo está escrito. La alegría, el temblor, ese amor omnipotente que vuela cuando quiere y, cuando quiere, se arrastra a ras de suelo; la pasión, el desengaño, la impotencia de saberse no querido, la grandeza, la sencillez del parpadeo, la invencibilidad y la imbecilidad también, la calidez, el brillo... Para qué abundar más, en fin: que todo está ya escrito. Y yo deduzco, Aristóteles mediante, que eso quiere decir que también todo está ya sentido. Así que, ea, ya está bien, enough, es suficiente. Busco en Google la oficina de convalidaciones. Si alguien puede dar razón de ella, por favor, que no se corte. Sé que, mejor que yo, ya habrán escrito muchos sobre esto. Poemas, cuentos, novelas, incluso enciclopedias (hay que estar muy dolido para eso). Ergo, habrán sentido más, mejor, con bastante más prestancia. No tengo nada nuevo que añadir en los bolsillos. Renuncio, pues, a la pena. A la inoportunidad del llanto contenido. Renuncio, sí. Por la presente.

martes, 24 de noviembre de 2009

SUFICIENTE


Haría falta un terremoto para que llegáramos a tocarnos. Qué insensatez, desear que ocurra una desgracia. El terremoto. Tú y yo. Y todo lo demás. Lo que vendría después. Los fragmentos confundidos. El caos. El sílice carcomiendo los pulmones. La felicidad que no es tal, sino solo el alivio del dolor. Pasajeros. Decepcionados. Creernos que algo puede ser eterno. Ni siquiera las piedras. Puede que sea ridículo, insensato, esperar nada aparte del silencio. Sólo queda aceptar que las piedras son piedras. Exquisitamente mudas. Equidistantes en el tiempo de las intenciones. Bancos de piedra. Prestar su asiento un instante es todo el amor que les es posible. Y tal vez sea suficiente.

domingo, 22 de noviembre de 2009

EL ENCANTO

No hay como las tardes de domingo para sufrir ataques fantasmales. (Y encima han soltado un viento helado por las calles de Madrid que te atraca al doblar ciertas esquinas).
A mí me funcionan algunos antídotos. Por ejemplo éste:





Y para lo que queráis escuchar la versión "seria", con letra incluida:





Una de mis canciones favoritas. Va con dedicatoria.
¡Buen comienzo de semana!

jueves, 19 de noviembre de 2009

NIÁGARA

Hoy me vais a perdonar que no me levante. Mi cama se ha vuelto un precipicio. Trataba de dormir y, al darme la vuelta, allí, en el espacio que ocupaba, en ese hueco de la almohada que lleva su nombre, volvió a estallar su sonrisa. Ésa que me provocaba todos los eclipses. Y una cosa ha llevado a la otra, que es lo que tienen las emboscadas de recuerdos. Así que después de la sonrisa, atacaron aquellas gotas de su sudor que rodaban despacio hacia mi ombligo. Debieron de atravesar el filtro de mi piel y han formado, con los años, una estalagtita que se me clava en el alma cuando subo a la buhardilla. Y ha sido al sentir el pinchazo cuando se ha desbordado todo. En cuestión de segundos lo que era un cauce seco se ha transformado en un torrente. Poco después, el Niágara se precipitaba al vacío desde los bordes del colchón.

He pasado toda la noche luchando contra la corriente para no verterme por mi precipicio. Poco a poco la crecida ha remitido. Al amanecer, exhausta, he alcanzado la orilla. De ahí mi agotamiento. Por eso espero que me perdonéis si hoy no me levanto. Esta mano perezosa se asoma entre las sábanas para desearos un feliz fin de semana a todos.

Pd.- Por cierto, que llamé al Mago y comunicaba todo el rato. Ya le vale.

domingo, 15 de noviembre de 2009

FELICES Y SALVAJES

Estos días están siendo felices y salvajes. Las nubes deshilachan los atardeceres, teñidas de rojo y gris. Con un frío afilado que el sol vuelve romo a mediodía, ese frío que tanto bien me hace. Con el timón fijo en su flexibilidad, y todos mis enanitos trabajando a destajo en las calderas. Le he perdido el miedo al cansancio, a la falta de sueño, a la tristeza inevitable. Feliz y extenuada: así terminan mis días. Con las espuertas llenas, y las ganas de arrojar caramelos a puñados. Con la ilusión y los nervios de estar un palmo más cerca de algunas verdades. Satisfecha por sentir el esfuerzo de cada paso. Sin ambicionar. Sin conformarme.
Feliz, por la gratuidad de esos ojos que me aúpan en la estela de su brillo.
Salvaje, por saber que toda mi gratitud no bastará para devolver tanto amor como recibo. Así que hago restallar el látigo. Pobres enanitos. Lo próximo será montar un sindicato.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

LETRAS DE AGUA

Me contó que no conocía otra forma de olvidar que mudarse al olvido mismo. Así que hizo las maletas un buen día. Las llenó de razones, de todo su cariño, de libros. Y se marchó por fin. Llena de calma. Para explicárselo a él, le había escrito una carta de amor interminable sobre la superficie de un mar liso como un plato. En ella le contaba hasta el más mínimo detalle. Todo lo que pudiera interesarle de ella. Letras de agua, a merced de las mareas, dijo. Y se echó a reír. No pongas esa cara, añadió, ¿acaso perduran las palabras al oído, el chasquido del beso, el tacto de un dedo en su cuello?

viernes, 6 de noviembre de 2009

POR LA CIENCIA

Hay misteriosos canales en el aire. Comunican tus poros y los míos. Basta con que estemos en la misma habitación. Sin necesidad de metales que transmitan. Avanzas hacia mí, y retumba la tierra. Entro en tu radio de acción y salta la aguja del amperímetro. Hace diana, revienta el cristal del reloj de arena. A medio metro somos rayos. Nubes y tierra. Los receptores se han calcinado, pero sentimos más que antes. Su disfunción se ha convertido en una huelga a la japonesa. Sólo con que estemos en la misma habitación. No sabemos cuál es la temperatura de fusión de esos canales. Se trata de otra forma de energía. Todo sea por la ciencia. Espero que resista el marcapasos. Los ojos se vuelven expertos en eludir todas las respuestas. De repente, somos todo manos. Dedos luminosos que buscan la toma de tierra. Rayos. Dicen que el roce hace el cariño. Al cuerno los relámpagos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

DESPEDIDA

La foto es de AQUI.

Doy la vuelta al reloj. La arena huye por su desfiladero. Progresiva. Me escurro con ella. Sé que echaré de menos. Las campanas, desenredar el cable del teléfono, la agudeza, la espera, perder siempre, adivinar las idas y venidas. Las palabras. La arena entre las manos. Agua en un cesto. Me despido, me invento una nueva forma de besarte. Para que parezca que me quedo. Para que no te des ni cuenta de que ya me he ido.