sábado, 30 de octubre de 2010

HORIZONTALES


Es sábado. Halloween. Me pinto los ojos aún más negros y salgo a la calle. Está lloviendo en Madrid. Puede que sea el otoño, pero ya pienso en términos de invierno. Los sábados la gente parece estar feliz. Cenan en grupo, se toman unas copas. Los jóvenes hacen botellón bajo las marquesinas, ni en un delirium tremens se acercarían a imaginar lo que les espera. La vida se desliza hacia la calle Montera. Madrid está lleno de hombres-lobo que caminan deprisa, que piensan en la conveniencia de que el Madrid-Barça se juegue en lunes. Y de mujeres-bruja como yo atrapadas en tópicos de cáncer. Por no ser original hoy estoy amarga. Voy a pintarme también los labios de rojo, usaré un retrovisor para mirarme (no hay retrovisores cuando pienso, cuando escribo). Oigo mis tacones sobre el pavimento. Veo gente disfrazada de vampiro y pienso que el mundo está poblado de fantasmas que no reconocemos. Esta noche, horizontales, también tú y yo seremos uno. Es probable. Tardaremos una hora más en llegar al invierno.

lunes, 18 de octubre de 2010

SER UN GATO Y TUMBARME AL SOL


Nadie nos enseña a vivir. Nos enseñan a tragar, a lavarnos los dientes, a atarnos los cordones. A llevar hechos los deberes. A jugar con los amigos. No pain no gain. A no coger caramelos de los desconocidos. Nos enseñan que existe un príncipe y que debemos ser princesas. A buscar un trabajo, un puesto fijo, de funcionario a ser posible, la misma mesa, el mismo horario, el mismo dinero a fin de mes, más los trienios. Nos enseñan a moderar la rabia, a ceder el asiento, a callarnos la boca. Nos enseñan que amar sin ser correspondido es humillarse. Que mostrar los sentimientos significa ser débil. Nos enseñan que más vale el pájaro en la mano, incluso a ser el pájaro en la mano, a veces. Que hay que ganar mucho dinero y comprarse una casa. Nos enseñan a manejar las palabras para tener siempre razón, aunque no sea cierto. Nos enseñan a dar las gracias y a pedir por favor. A aceptar como es la vida que no nos den las gracias, ni nos pidan por favor, ni nos concedan aquello que pedimos.

Nos enseñan a ganarnos la vida, y mientras se nos escapa a borbotones.

Nos enseñan a creer que necesitamos merecernos lo bueno que nos pase. Que nos merecemos los castigos.

Nos enseñan que hay que ser mejor que el otro. Que somos algo diferente del otro. Que valemos más que el otro, que estamos separados.

Pero nadie nos enseña a vivir.

Yo siento que no quiero aprender más. Que no sirvo para esto. Que la profesión de humana a mí me viene grande. Que quizá valga más la pena ser un gato, tumbarme al sol, ronronear, y permitir que el sol de octubre me acaricie.

sábado, 9 de octubre de 2010

CAMBIOS DE ESTADO


Esta que ahora es nube, durante mucho tiempo ha sido cardo borriquero, estado en el que di después de vivir como flan algunos meses

un flan al que se le pasó la fecha

y ahora soy nadie

pero antes lloré más de lo que soy capaz de recordar

un auténtico coñazo, que es otro estado bastante pavoroso:

el del aburrimiento

(¿alguien más se ha dado cuenta

de que empecé en prosa y me he pasado al verso?)

en fin

una es variable, viento y veleta,

aunque lo que ha sucedido es que di un salto y me encontré instalada en otros ejes cartesianos. Y de repente la coherencia pasó a ser algo como de otra galaxia. Y yo extraterrestre feliz, sin distintivo, sin tener que justificarme a cada paso, sin tener que mirarme al espejo y recordarme que entre lo que sueño y lo que tengo hay acaso un par de diferencias. Nube, flan, cardo, calimero, coñazo, prosa, verso, otra vez prosa, viento, veleta, humana, extraterrestre. Una noche de sábado, escritora. Mañana domingo, arriera. En esta vida láctea nos encontraremos.

Ah. También he descubierto que hay amores que no se dejan encuadrar en ningún eje. Los muy cabrones.

lunes, 4 de octubre de 2010

MISS CELÁNEA

1* A veces me dan las tantas escribiendo. Me dan las palabras, los labios, el tiempo, en pleno rostro, como un viento salvaje, o el vals de un minuto de lluvia. Ráfagas. Que voy en dirección contraria. Decido bajar los puertos marcha atrás porque no soporto los filos de hielo en la cara. Porque ya está bien de cicatrices. A veces las palabras no valen ni el tiempo que tardan en decirse. A veces escribo porque amo y es entonces que debo soltarlo de la mano, para que me estalle y ya no tenga remedio. Y porque la libertad es un bien público. Otras conjugo en voz alta la pesadilla para que nunca suceda. Y siempre prefiero esperar al día para ponerme a soñar. De mis absurdos ejercicios de coherencia nadie podrá dar parte alguno. Ni siquiera yo. Si querías oírlo, aquí lo tienes. Tú también mañana serás otro.


2* Disolución: Ya no hará falta decidir quién es el agua y quién es el aceite.
(¿Lo veis medio vacío o medio lleno?)


3* Es lunes, es otoño. Por primera vez en meses tengo los pies fríos. Recuerdo de la anatomía. Soy algo más que un pez, algo más que un recuerdo. Paseo entre los brocales, morosa, algo esperanzada. Domino una sed que es horizonte. Algunos los adorno con macetas. Soy una pastora pertrechada de cubos, cuerdas y poleas. No volveré a echar monedas, ahora sé que no han de costar dinero los deseos.