martes, 26 de abril de 2011

OTRA VEZ, RENUNCIO




Resulta que no se perdió nada. Con el miedo que tenía de que el amor resultara baldío, el tiempo ofrecido y rechazado, la dulce presión de los abrazos que quedaron en proyecto. Qué doloroso, pensar como inútil toda esa energía, el amor que encerraba la generosidad; la generosidad encerrada en la metáfora de tantos otros gestos tontos. Toda esa energía que la mariposa australiana ha aprovechado, para ordenar con su aleteo las letras de los nombres dichos al aire. Hasta formar uno nuevo. O mejor: uno transformado.
Solo se pierde lo que no se da por codicia, por miedo. El tiempo, los besos. La vida escribe las demostraciones con tiza blanca, tenaz, en días, instantes como pizarras. Hace mucho que lo sabía, lo que pasa es que la cabeza se distrae, se centra a veces en sobrevivir, en bobadas, en ganar al Barça, contar calorías, mirar al suelo. Hoy me lo recuerdan, la vida, tú. Que hace mucho que renuncié a los trasteros. Que hoy, otra vez, renuncio.

domingo, 24 de abril de 2011

DÍAS DE AMOR PERFECTO


Me he quedado en casa esta semana santa para poder dedicarme en cuerpo y alma al feliz acto de engendrar mi cuarto hijo. Así que estos días se han materializado en amor y en hogar. En paseos, reflexión, conversaciones, largas horas de lectura y de sueño. Y muchas, muchas anotaciones.

Yo escribo con mapa (Javier Marías dixit). Y ahora estoy en ello: en cartografiar los incipientes relieves de la historia que, recién fecundada, como loca, se gesta en mi cuerpo. Una masa de células, de letras, un tumor maravilloso al que pronto comenzará a latirle el corazón.

La nueva criatura parece querer tener más argumento que sus hermanas. Aunque no sé si debo celebrarlo mucho, pues no las tengo todas conmigo, dudo que ese argumento gane la batalla, sobreviva, cuando el embrión desarrolle su sistema nervioso. Es muy posible que para entonces toda esa trama de acciones se haya adelgazado hasta darse la vuelta, como un calcetín, y quede volcada en la dimensión en la que me siento más cómoda como narradora. El turismo de interior. La intimidad.

Es curiosa la manera que tienen las historias de abrirse camino a través de la maraña de pensamientos, sueños, temores, amores. Todo ese lío que conforma la existencia virtual. Esta nueva idea surgió a partir de una entrada que quería publicar en el blog. Cuando mis acostumbradas doscientas o trescientas palabras se habían convertido en tres páginas fui consciente de que un gameto había quebrado de nuevo la membrana. Aquí los síntomas son automáticos, no hay espera. La náusea es inminente. Los antojos. La sensibilidad aumenta. Ciertos olores y sonidos se hacen insufribles. El cuerpo, en su afán de cadena de montaje, trabaja a destajo produciendo células y vida, ideas, así que la sensación de cansancio es constante y solo es vencida por la somnolencia. Asusta un poco, la verdad: crece tan deprisa que tengo miedo de que resulte ser un monstruo.


miércoles, 20 de abril de 2011

FELICES DÍAS

Creo que al final la vida puede resumirse en el inventario de las horas y los días. O expandirse y hacerse inabarcable e inspiradora: depende de cómo decidamos contárnosla. Según qué historias se abran camino en nuestra mente. Creo que se puede elegir una manera bella y armónica de vivir la imperfección y el dolor de la vida. Lo que no es bello ni armónico. Creo que se puede mirar la realidad, y verla, y no regodearse en el sufrimiento, ni en la mezquindad. Creo que el dolor y la felicidad no son por fuerza incompatibles. Creo en la saludable costumbre de salir a pasear al sol los días buenos y refugiarse bajo el toldo cuando llueve. Creo en los caminos, en las personas, en el cambio y en las ventajas del optimismo. Y sobre todo creo que no debo tomarme muy en serio nada de lo que crea. Ni nada de lo que deje de creer.

Os deseo unas felices vacaciones de Semana Santa a todos.

viernes, 15 de abril de 2011

ME GUSTAN LAS NOVELAS


1- Me gustan las novelas en las que la historia es lo primero y no el ego del autor. Cuya forma está al servicio del contenido, que no tratan de engañarme con filigranas ultra modernas mamá, mira qué bien escribo que intenten ocultar la vacuidad del contenido o incluso del autor.


2- Me gustan las novelas en las que puedo subrayar tres o cuatro frases. Y apuntarlas en algún cuaderno, en un post-it, y pensar sobre ellas, o escribir algo. Pero tres o cuatro frases: si son más estaríamos hablando, quizá, de ego.


3- Me gusta que me hagan sonreír, pero con un humor basado en la mirada, y no en la anécdota o en el chiste.


4- Me gusta que me emocionen, incluso que me arranquen alguna lágrima de humanidad, de ternura, de tristeza, pero no de telefilm.


5- Me gustan las novelas en las que no se notan las puntadas. Las novelas paridas con esfuerzo, pero sin que se note. Las que hablan de cosas que duelen, pero sin lamentos, ni autocompasión, ni despecho oculto.


6- Me gustan las novelas en las que me imagino el final desde el principio, pero no porque se vea de un modo evidente, sino por esa falsa intuición. Es decir, que el autor sea habilidoso con los indicios, y complemente la ficción con otra ficción: que lo hemos pillado porque somos más listos que el resto.


7- Me gustan las novelas en las que los personajes no son como yo, aunque se me parezcan en algo. En las que empatizo sobre todo por los defectos, pero sin pasarse. En las que nada es lo que parece. En las que dos más dos nunca son cuatro, ni los personajes reaccionan como yo, pero sí como cabría esperar de ellos.


8- Me gustan las novelas en las que reconozco aspectos, conductas, familiares, pero no comunes en exceso. O aquellas que descubren nuevas perspectivas de los lugares comunes.


9- Me gustan las novelas que dejan puertas entreabiertas, que no agotan los temas, que sugieren, que no me dan la comida masticada, ni me hacen el avioncito con tal de que me lo trague todo.


10- Me gustan las novelas que cuentan mucho más de lo que cuentan. Cuya historia no se reduce a lo que muestran las palabras.


11- Me gustan las novelas porque puedo intentar escribirlas y procurar con desigual fortuna ser fiel a todo lo anterior.


Continuará...

miércoles, 13 de abril de 2011

LA MUJER DE LOT


Empezó a llover. Poco a poco. Primero solo chispeaba pero en pocos minutos aquello se convirtió en un aguacero. Ella se había detenido. No podía soportar marcharse sin echarle una última mirada a la ciudad que la había visto vivir. Y mentir. Y entregarse. Tenía la esperanza de verle por última vez, de adivinar su silueta a lo lejos, en el mismo camino que la alejaba a ella. Si su deseo se cumpliera, si él también hubiera logrado escapar, se las arreglaría para zafarse de Lot y de los demás y esperarle escondida detrás de alguna roca. Juntos.

Nada más volverse, recordó el mandato, la cólera. Era una mujer de sal petrificada al borde del sendero. Y encima, la lluvia. Deseó que arreciara de veras, que la disolviera antes de darle tiempo a completar el castigo. A verle, a adivinar su silueta a lo lejos, en el mismo camino.

lunes, 11 de abril de 2011

GANARNOS LA VIDA


Te miro y pienso en los antiguos viajeros. Los que buscaban las fuentes del Nilo, las rutas de las cordilleras. Y recorrían con sus miradas y sus pies todos los lugares, los registraban, porque buscaban algo más, porque así se ganaban la vida. Anotarlo todo, trazar las sendas de los mapas, regalar a los demás los secretos de la geografía. Por curiosidad, por ambición. Por abrir nuevas vías para comunicarse.

Así hoy te detienes en mí. Para ganar la vida. Así me detengo en la amplia sabana de tu espalda. La recorro con un dedo silencioso que abre un surco lento en mi memoria. Después, sobre el papel, querré trazar tu ruta. Querré cartografiar tus sueños, tus manías, en pergaminos, en gotas de sudor. Registrar todos los desniveles de tu cuerpo, nunca dominarlos. Tú has venido armado con un lápiz y el secreto contenido de tus días. Me cuentas historias al oído mientras la ciudad duerme. No necesitas mapas para alcanzarme. Tus palabras saben bien cuál es el camino.

lunes, 4 de abril de 2011

MAGIA

Lo extraño, pensé, es que alguien necesitara imaginar un ángel o cualquier cosa sobrenatural, si la realidad lo llena todo.

Si cada cosa está donde está, y cada cosa es lo que parece ser.

El mar, pensé, es el mar. Y el sol es el sol. Y Yo soy Yo.

Ese es el milagro y no hay nada más que agregar.”

Sabina Berman. La mujer que buceó en el corazón del mundo. Ed. Destino (Barcelona, 2010)


Solemos empeñarnos en pedir milagros cuando suele bastar con lo que tenemos alrededor. Cuesta aceptar que todo está en su sitio cuando nuestros deseos nos piden otro orden de cosas. La realidad acude al auxilio y ni nos enteramos. Solemos necesitar señales, explicaciones o argumentos irracionales, para asumir lo más sencillo. No comprendemos el inmenso golpe de suerte que es que, a veces, no se cumplan nuestros anhelos. Ni que cada uno ocupa su lugar natural en este inmenso puzle de siete mil millones de piezas. Que solo podemos ser quienes somos. Y que no es casualidad. Que esto es lo que hace funcionar al mundo.¿ No es más mágico que si fuera magia?