domingo, 30 de septiembre de 2007

sin palo ni piedra (II)

es domingo. llueve en japón.
no sé por qué me acuerdo de pearl harbour. (será por las horas intempestivas)
no sé por qué me acuerdo de mi madre diciéndome aquello de "no se puede escupir a lo alto..."

vaya si escupimos. el mundial ha hecho aquaplanning. y se ha salido de la pista.
hijo de la gran bretaña.

estoy "enfabada".

sin palo ni piedra, de nuevo. con lluvia y mala suerte.
habrá que creer en los milagros. una vez más.

(quizá fui un poco mala con la otra entrada. ¿y si prometo no volver a hacerlo?)

miércoles, 26 de septiembre de 2007

CANDOR

me acerco a beber
pequeña y urbana
con sed y con miedo
me acerco a mí misma
al agua
trato de encontrar
en los espejos
cuanto desconozco
temo las miradas de las rapaces
esas que juzgan sin miedo
desde sus alturas
con palabras que se lanzan en picado
sobre mi candor
para destruirlo
quizá porque ellas lo perdieron
y ahora envidian
esos juegos
si dan una palmada
emprenderé el vuelo
así de asustadizo
así de lógico
es mi pequeño cerebro detrás
de estos ojos pequeños

sábado, 22 de septiembre de 2007

manual absurdo para exploradores sedientos

...machete en mano, intentamos avanzar por una selva de palabras, que no resulta ser sino la vida. como exploradores domingueros, porque nos empeñamos en soltar al aire nuestras cuitas, en explicarnos y explicarnos y explicarnos, hasta que acabamos respirando letras despistadas que se desprenden de nuestros razonamientos-calzador, o nuestras construcciones-quitamiedos y se quedan atrancadas en nuestros alveolos. exploradores asmáticos.

el verdadero explorador es el que escucha. el que con paciencia infinita se demora en captar cada sonido, en analizar lo que sucede alrededor. por supervivencia, sobre todo, para saber cuándo ha de ponerse en guardia, o salir corriendo, o dónde montar su campamento. el verdadero explorador sabe que la selva tiene muchas cosas que decir. que si, persevera, podrá conversar quizá con las fuentes del nilo.
pero antes, deberá aprender a reconocer las pisadas de las fieras en la hojarasca, el sonido del viento que cambia y se pone en su contra, el latido del corazón del compañero. todas esas cosas que el oído no capta cuando uno habla...

lunes, 17 de septiembre de 2007

LASTRES, DUDAS, RABIA Y ALGUNAS CIÉNAGAS

hay lastres que suenan como cascabeles atados al zapato cada vez que se da un paso.
lastres pequeñitos, se diría incluso que graciosos. si lo cuento a alguien seguro que les ríe la gracia: vaya, si no es para tanto, mira, con la música a otra parte, jajaja. qué tonta eres.
lastres, dudas y algunas ciénagas.

el agua hoy llega a las rodillas. es penoso andar. palpita el motor, a pesar de todo. es un pájaro de ciudad desorientado, que teme que le traicionen los cables de alta tensión.

sentir, ya no siento. sentada, eso sí, pienso esperar hasta que vuelva a confiar en la confianza. sentida, mucho, demasiado. harta de quemarme los dedos con bengalas. querer, quiero, sí, claro. sacarle la lengua a las putas quimeras, a ver si se despeñan calle abajo.

(de la paz a la rabia. sin duda prefiero parís y su falsa belleza)

jueves, 13 de septiembre de 2007

PAZ


siempre nos quedará parís. como nos quedan todas las cosas bellas amontonadas en la memoria, sin orden ni concierto. un embrollo de calles que siempre llevan al mismo sitio: a la esperanza.
a la paz de saber que es posible hacer las cosas de otra manera, que las respuestas más sabias ya las tenemos dentro de nosotros.
la paz para aceptar que los acontecimientos a veces nos adelantan por la derecha. y solo podemos mantenernos en nuestro carril, cruzar los dedos, saber que llegaremos.
la paz suficiente para mantener los ojos atentos al milagro, el corazón sin miedo y los brazos bien abiertos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

COMO BUEYES

Como bueyes, orgullosos de prestar su fuerza. Como bueyes tercos y poderosos, humildes. Animales de carga, condenados. Con los lomos tatuados a golpes, y los cuartos traseros marcados con el hierro de no pertenecer a nadie -salvo al dolor, al polvo de tantos caminos, a la incongruente fragilidad que nos obliga a ser fuertes-.

Estos bueyes sonríen, penan, lloran. Son a duras penas inteligentes. No creen en las estadísticas; apenas en la mala suerte. Estos bueyes ignoran muchas cosas. Pero dejan hueco dentro de las costillas para un corazón desmesurado. Lo permiten latir a su antojo. No le ponen nombre al amor, sólo lo sienten.

Estos bueyes te quieren como quieren los bueyes. Tenaces. Bendicen que haya yugos. Se ofrecen voluntarios para uncirse al tuyo y tirar despacio. Las piernas cortas y robustas empeñadas en tu empeño. El hombro contra el hombro. Les basta saber que entre varios se suben mejor las cuestas.

lunes, 3 de septiembre de 2007

SEPTIEMBRE

Con el permiso de octubre, septiembre es mi mes favorito.
El mes en que se renueva el tiempo. El cielo de Madrid parece crecer, abombarse, se hace aún más alto. Sus extremos se comban ante mis ojos -los de dentro- como si quisieran abrazarme.
Las hojas comienzan a hacer los caminos.

Después del estío empiezo a rebrotar. Me prendo la emoción en la solapa. La vendimia de letras se acerca. Y luego, el fin del barbecho.

No sucumbiré al planeta agostini, aprenda el nuevo idioma en tres semanas. Ni coleccionaré las tardes, ni los gestos. Olvidaré que existen los gimnasios. Practicaré el mejor ejercicio para el alma: soñar con esos caminos de hojas que llevan directos a un horizonte que nunca se agote, por suerte. Los soñaré primero para luego poder reconocerlos. Déjà vu. Sin miedo. De un vistazo.

Mi favorito es septiembre. La mirada detrás del objetivo. El cielo de Madrid. Y luego, octubre.