miércoles, 24 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD

Os deseo a todos unas fiestas tranquilas (o no tanto) y un nuevo año lleno de proyectos e ilusiones.
Y mucho, mucho amor.
(Y muchos, y buenos libros).

domingo, 14 de diciembre de 2008

INVIERNO (+1)


Hay algo en la nieve que me lleva de vuelta a la infancia. En la expectativa de la nieve, para ser más exacta.
No espera la nieve de igual manera una niña de ciudad que una niña del campo. Incluso es posible que el concepto de nieve de esa niña de ciudad haga reír a la supuesta niña de campo.
Sin embargo, la blancura es la misma.
Efímera, sobre el gris de las aceras de la ciudad caníbal.
La diferencia sólo es de minutos, días, meses.
De ruido, de prisa, de espacio.
Los muñecos de nieve no pagan hipotecas, ni tique de aparcamiento.
Incluso puede que no le tengan miedo al sol.
Como cuando éramos niños.

jueves, 4 de diciembre de 2008

LOS DIOSES, LOS HUMANOS, EL FRÍO

con todo el peso de los atardeceres sobre los hombros.
la humanidad renquea.
llega el invierno y al tiempo se le suma el peso del hielo,
de la nieve,
la soledad
el frío.

me gustaría poder creer que los días se comban del modo perfecto
para cerrar el círculo.
que tanto dolor no es gratuito.
que, después de todo,
los dioses sí se enteran.



(Hay quien dice que ellos, los dioses, tienen una visión que excede nuestro pobre entendimiento, abotargado por nuestra condición humana, por el miedo al dolor y a la muerte. Ellos, los dioses, jamás entenderán nuestro sufrimiento. Para ellos todo es bueno y perfecto. Necesario. Justo. Ni ellos nos entienden, ni nosotros los entendemos a ellos. Esto es lo que hay: estamos solos. Puede que no sea nada nuevo. Puede que ni siquiera sean malas noticias.)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

METÁFORAS DE SITUACIÓN

La realidad se empeña en seguir a la otra realidad (la de dentro), siempre un paso por detrás. O viceversa.
Unos ejemplos de términos reales:

Un recogedor con un agujero enorme.
Una invasión de cucarachas en el piso.
Agacharse demasiado para tirar la basura y dar con la cabeza en la pared.
Una muela de aspecto perfecto que escondía una caries extendida ya hasta el nervio.
Una ola de frío que adelanta el invierno...

Los términos figurados los ponemos cada uno.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

POR SI ARDE



por si arde el cielo y no hay escapatoria
posible para todos los que somos
o decimos ser
o perdemos la vida en el intento

por si acaso

llenemos los ojos de agua
de ingenua esperanza
de belleza
de tristes solturas y deseos
que no esperen ser cumplidos.

para entender lo que existe
o la nada
quizás necesitemos arder.

lunes, 10 de noviembre de 2008

EMPEÑOS

De todas las maneras posibles de mirar el mundo tuvo que escogerme la manera prospectiva, con su afán de minerías intangibles, de (absurda) arqueología emocional.
Es complicado emocionarse en el metro al mirar la cara de satisfacción de alguien al comerse una chocolatina. O con la alegría de una madre joven que juega en el parque con su niño con síndrome de Down. O con los pequeños fracasos cotidianos que los demás te cuentan casi de modo casual...
Qué pesadita, sí: empeñada en mirar todo como si tuviera la visión de superman, e incluso llegar a creerme que la tengo, reflexionar, sacar mis conclusiones y, encima, tratar de compartirlas. Qué pesadita, hija, seguro que piensa quien me sufre. Más me sufro yo, ¿y qué quieres?, me pregunto a veces. Un poco de calma. Respirar hondo y dejar entrar el aire. O no tan hondo, y que pase el oxígeno sólo lo justo y necesario para poder sostener mis funciones vitales. Y no preocuparme más. Ni darle más vueltas. Ni querer comunicarme. Ni subirme a las sillas para tratar de entender ciertos misterios. Que para algo son eso: misterios. Un poquito de respeto, por favor.

lunes, 3 de noviembre de 2008

SI EL ESPEJO HABLARA




¿Qué pasaría si al espejito mágico se le soltara la lengua y nos dijera la verdad?


¿Nos reconoceríamos también en nuestros defectos? ¿Tendríamos las virtudes que creemos tener?


¿Soportaríamos que nos dijera la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad, que no la suavizara con alguna mentira piadosa, con alguna dulce omisión?


¿Nos dolería más por la conciencia de nuestra propia imperfección o por saber la crudeza con la que nos ven los demás?


O lo que es lo mismo, ¿sería más duro, entonces, nuestro juicio "hacia dentro", o nuestra expectativa del juicio externo, del que los demás hicieran de nosotros? ¿Quién sería más benévolo?


¿Qué sería mejor, saber la verdad o permanecer en la ingenua creencia de una realidad mermada por la nula perspectiva?

lunes, 27 de octubre de 2008

CONTRADICCIONES. Las dimensiones invisibles.

A veces uno cree que si le da tiempo a contar hasta cincuenta antes de doblar la esquina no lloverá esa tarde. O que si reenvía el correo electrónico a más de veinte personas tendrá esa sorpresa que lleva tiempo esperando. A más de cuarenta, y encontrará la solución al problema que le acucia desde siempre.
Buena parte de la ciencia se empeña en descubrir aparatos cada vez más sensibles y exactos con los que medir, estudiar, cuantificar el medio que nos rodea. Lo real.
Nadie me enseñó a disfrutar de lo que hay sin necesidad de entenderlo. Aprendí sola a elucubrar con las dimensiones invisibles. Con la telepatía. Con esos amores que viven en la distancia y que luego suelen ser mentiras. Sí que me han enseñado que, con sólo observarlas, transformo las trayectorias de los electrones. (Qué putada).
A casi todos nos gusta creer en la magia. Desdibujar los límites. Soñar con esferas perfectas. Ese universo en constante expansión nos gusta y nos da miedo. El fondo del mar nos aterra (qué felices y qué feos los peces abisales). A casi todos nos da vértigo mirar al cielo.
¿Quién se detendría para descomponer los vectores de un beso? Ni siquiera los que se ríen de quienes asumen que existe lo inexplicable y lo cuentan. Ingenuos.

sábado, 18 de octubre de 2008

SEPTICEMIA

Hay ideas que se abren paso en la cabeza por sí mismas, contra viento y marea, a través del tiempo. Y parece que nada de lo que hagas o digas, de lo que planees, de lo que trabajes, etc, etc, etc, pueda apartarlas de ti. Vuelven a salir. Comen espacio, carne y entendimiento. No hay antibiótico que las combata, crean resistencias con una facilidad sublime y, al final, la derrota ocurre por septicemia.

¿Qué queremos encontrar cuando leemos ficción? ¿De qué aprendemos más: de lo bueno que vemos, el ejemplo en positivo, o de los ejemplos negativos? ¿El cínico nace o se hace? ¿Uno puede estropearse el karma escribiendo la historia de un personaje que no pueda reunir en sí más mezquindades? ¿Acaso no somos así todos los humanos, con nuestros pequeños o grandes momentos de gloria?

¿Qué queremos encontrar cuando escribimos ficción? ¿Es posible hacer una pausa en la búsqueda de uno mismo y contar una historia simplemente por contarla? ¿No es otra de las malas jugadas del subconsciente? ¿O acaso es una buena jugada de éste para el pobre, ingenuo, maltratado escritor, una suerte de exorcismo? ¿Merece la pena dar voz a un personaje instalado plenamente en el lado oscuro? ¿No abriremos con ello la caja de pandora que nos destruya? ¿Qué pensarán de nosotros cuando lleguen a leer lo que nos traemos entre manos? ¿Qué pensaré de mí mismo al darme de bruces con toda la basura que soy capaz de evocar?


Esa mancha sale una y otra vez. Me resisto, pero me temo que ya ha comenzado la cuesta abajo. Los gérmenes se multiplican sin pudor en el perfecto caldo de cultivo que son las dudas. Orgías creativas. Todo ha dejado de hacerme efecto. Necesito ayuda, doctor.

viernes, 10 de octubre de 2008

EMPIEZO A COMPRENDERLA

Qué ilusión me hace pensar en el tiempo inmanente. Ese que se rige por leyes no visibles para los ojos. Ese cuyos estragos no quedan a merced de la opinión ajena. Cómo me alegro de que existan los conceptos abstractos, la metafísica. Es un gran consuelo para mi alma. Y también para mis sentidos.
Dentro de mí, lo que yo soy, lleva un tempo diferente. Sus pasos otoñales se despliegan al ritmo de una cadencia propia. Eubasia particular. En mi jardín interior no hay espejos engañosos que me permitan la comparación: con los demás, sí, pero sobre todo con mis recuerdos. Esos que me traicionan a cada instante que pasa, que pretenden hacerme creer que el valor estaba en la carencia.
La carencia de patas de gallo, de algunos kilos, de ciertas acumulaciones de tejido adiposo en determinadas partes de mi anatomía.
Qué gusto pensar que los ciclos del alma van a su bola, que seguiré siendo yo misma, conmigo misma, para siempre. A salvo del deterioro, que acaso es peor que la destrucción.
He tardado mucho pero al fin empiezo a comprenderla. El otro tiempo, el despiadado, me ha dado la capacidad para comprender a Ana Obregón. Me imagino que he de estarle agradecida (al tiempo, claro).

viernes, 3 de octubre de 2008

MISIÓN DE CLARIDAD

Era Ortega, según creo, quien decía que todos los seres humanos tenemos una misión de claridad; es decir, que la ocupación principal de cada uno de nosotros es iluminar nuestro trocito de realidad.
Si pienso esto cambia mi perspectiva. La propia, la de los demás. Todo pega un vuelco. Se atenúan las ganas de criticar, la intolerancia hacia las demostraciones de los demás.
Porque a estas alturas me cuesta dejar de creer en el juego de contrarios, que sin él no seríamos capaces de comprender la realidad.
Quizá por eso la miseria, la mezquindad, tenga cabida en nuestros pequeños seres de luz.
Quizá por eso la bondad, el perdón. Y el agradecimiento.
A todos los seres vivos. En todas las circunstancias.
Pero esto no es una excusa para que disculpe mis defectos, o los de los demás, sino una pista: tal vez estos fallos, puestos al automicroscopio, muestren con mayor contundencia el rumbo, pongan una marca en el lugar donde hay que empezar a cortar.
(Mi pregunta del día: ¿Por qué nadie imparte cursos de autocrítica?)

miércoles, 24 de septiembre de 2008

EUBASIA


Algo tiene el otoño que induce a la pereza. Y que, sin embargo, llama al movimiento.
Nadie en los bancos. Parece que nadie mirara. Al fin solos. Nosotros y el crujir de las hojas bajo nuestros pies. Los pasos.
Puede que todo llegue cuando tiene que llegar. Que no haya más afán que mantener la cadencia exacta. La belleza de los pasos.
Exactamente como si nadie nos mirara.
Exactamente como si todo (y nada) estuviera prefijado.
Sólo mantener el ritmo apropiado, ése que nos recuerda que tenemos un cuerpo.
Sólo mantener la temperatura del ánimo, ése que nos recuerda que cabemos en algo más grande.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

SIEMPRE AHÍ


Hay lugares que encarnan todos los deseos, los sueños que nunca se cumplirán... O tal vez sí.
Esos lugares ocupan el sitio del horizonte, prometen, iluminan. Retroceden conforme nos acercamos.
Pero siempre estarán ahí.

martes, 2 de septiembre de 2008

RIGIDEZ


A veces, todo ocurre para cogerte de una oreja y obligarte a tomar asiento, respirar y apostar por la calma. La corriente ha de detenerse, remansarse, recapacitar, echar de menos.
La rigidez es algo llamativo cuando ocurre. Y doloroso. Me resulta interesante que, cuando algo va mal, el cuerpo reaccione con la inmovilidad. Y con el dolor. Mi cuello se ha plantado y obliga a la cabeza a mirar con obstinación hacia algún sitio. Desde esta mesa, hacia el noroeste. Pensaré en ello, si es que he de creer que nada sucede por azar.
Pero, si me doy la vuelta, miro hacia el sureste. Así es la vida. Así se la hemos contado.
Quizá todo ocurra por eso: porque lo que debería hacer es estar contando la vida.
Y huir de esas canalizaciones, de rígidas paredes insensibles, de lo que estaba pensado para mí, de lo que toda mi vida he pensado que sería para mí.
¿Qué pasa, Heráclito, cuando lo que cambia es el cauce?
¿Qué pasaría si nos atreviéramos?

lunes, 25 de agosto de 2008

AUTOMÁTICA

septiembre está al caer.

recuerdo el olor de los libros nuevos, la ilusión de volver al colegio. recuerdo los días más cortos, el frío que obligaba a rescatar los calcetines. la ilusión.
quedó la costumbre de hacer planes sin balance previo. como si se pudiera partir de cero. confome pasan los años, los planes hacen vuelos cada vez más rasantes. y también se cumplen más. a veces quedan asignaturas colgando. conversaciones en el tintero. buenos propósitos. brindis. amistades cubiertas por el polvo y la desgana. destierros merecidos. un poco de dolor. y miedo.
y la ilusión.
y las ganas de ser uno mismo. de encontrar el punto justo, la utopía. sin caer en los brazos desdentados de la melancolía. las ganas de plantarle cara al ego. de enarbolar banderas. de escribir sin miedo. de dominar la impaciencia, y el deseo. y tratarme la intolerancia a la lactosa y a la prepotencia. la alergia a la mezquindad, al afán de dominación, a los ácaros disfrazados de pólenes.
reivindico mi derecho a no usar las mayúsculas, a perder todos los puntos de mi carnet de identidad. a querer que me acepten, a rechazar con paz a quien me ofende. a despedir con la mano abierta a quien me de la gana. a mandar un beso, mil, o un millón en estos sobres. a reír y gastar bromas, y sufrirlas, aunque no me hagan gracia. a encontrar entre la ganga las vetas de cariño. reivindico mi derecho al pataleo, a cambiar de nombre, a sentirme mal si me da la gana, a perder el tiempo. a ser imperfecta sí, bendito sea Dios, imperfecta y libre. a gritar de vez en cuando, a cantar por la calle en voz bajita, a indignarme por las faltas de respeto. a ser asertiva. a pedir perdón cuando me equivoco. a emocionarme sin que me hagan sentir débil los frígidos emocionales.
confieso que soñar está entre mis muchos planes.
septiembre está al caer. voy preparando mi mochila.

domingo, 10 de agosto de 2008

AL FIN

Parecía que no iba suceder de verdad, que era un burdo rumor, pero no. Hoy se confirman todas las sospechas y las esperanzas. Ahora sí que es oficial:




Estoy de vacaciones


domingo, 3 de agosto de 2008

Templarios, demandas y otras absurdancias.

Resulta que han demandado a Benemérito XVI, como sucesor del papa Clemente y, por lo tanto, responsable actual de las decisiones que éste tomó en su día. Véase: cargarse a la orden de los Templarios, allá por el año 1300 y pico, y quedarse con todas sus posesiones. 100.000 millones de euros, dicen los actuales Templarios, que valdría ahora dicho patrimonio.
También dicen que no pretenden que se les restituya este dinerín, sino la reparación del daño "moral" y que la gente tome conciencia de la magnitud real que tuvo aquella intervención contra la orden.
¿Habría habido tantas novelas de templarios si no hubiera sucedido aquello? ¿Habría tantos pirados -y me incluyo- escudriñando cada piedra en busca de símbolos templarios? ¿Habría pasado Jacques de Molay a la posteridad? ¿Tendrán algo que decir los cátaros, ahora? ¿Qué pensaría Mendizábal de todo esto? ¿Se volverá a poner el tricornio Benedicto? ¿Podría denunciar a mi pareja, como sucesor de mi primer novio? Es que, oiga, me dejó pelada la moral, por no hablar de todas las pagas invertidas en pipas, en el Burger king; de la cartera de piel del primer aniversario, etc...; sólo para que seamos conscientes de que si volviera a suceder ahora sería mucho mucho peor y...
Y, para colmo de males, Alonso sale séptimo, Nadal pierde en Cincinatti y mis vecinos han vuelto a tener al aire acondicionado encendido toda la noche. ¿A quién demando?

jueves, 24 de julio de 2008

ENCADENAMIENTOS

Un poco más a la derecha, confudido entre esa multitud de picos, está el Alpe d´Huez.
A lo lejos, casi señalado por el alerón de la avioneta, el Mont Blanc y sus nieves cuasieternas lo observan todo.


Ayer Carlos Sastre ganó en el Alpe d´Huez. Coronó la cima subido en su bicicleta, con una cadencia vigorososa, regular, casi serena, instalada en el sufrimiento, en el sacrificio.
Quizá los ejemplos del deporte se han convertido en la épica de andar por casa, en las únicas gestas que podemos llevarnos a la boca los hambrientos. Los que necesitamos ejemplos tangibles para motivarnos. Los que necesitamos creer que si existe es que es posible.
Hubo una época en la que soñé con ser montañera, aunque nunca supe qué significaba eso. Huelga decir que apenas logré salir al monte un par de días. Me conformaba porque salía a la calle y estaba en la montaña; porque miraba por la ventana y podía ver las cumbres.
Ahora, mientras observo sin verlo el tráfico en mi calle, mientras los cláxones me sacan del ensueño (y de quicio), sólo puedo recordar que el Alpe d´Huez estaba a menos de cincuenta kilómetros de donde residía. Y que no subí. Ni siquiera en coche. Aunque me regalaran verlo desde el aire.
Esta silla incómoda se ha convertido en el paradigma del sacrificio. Y del placer. Hay cumbres llanas que sólo se logran a base de sacrificio. Y ascensiones que nos llevan al abismo. Sin bicicleta, sin una sola cuesta. El secreto está en querer hacerlo. En contemplar los logros y robar la cadencia de la lucha, instalarla como un marcapasos. Aceptar de una vez que, si no, no tendrá sentido.
Nunca fue más fácil que ahora.

jueves, 17 de julio de 2008

CADUCIDADES

Vamos y venimos.
Cuántas sorpresas nos esperan en el cauce loco. Ríos desbocados. Sinsentidos que sólo entenderemos acaso con el tiempo.

Qué difícil resulta no aferrarse. No darle vueltas y más vueltas. No buscar culpables, responsables, palabras mal dichas, llamadas no hechas. No tratar de forzar los acontecimientos, de diseccionar la situación, de aclararlo todo y regresar, impunes, a los buenos tiempos. Qué difícil.
Sólo se puede respirar. Confiar en que todo tendrá sentido, más adelante, quién sabe. Dominar al ego, restarse importancia a uno mismo. No sacar conclusiones. Mirar al pasado y alegrarse: por lo que fue, por lo compartido. Por lo que vendrá. Incluso por los senderos bifurcados.
Y dejar que se vaya, que recorra su camino. Desearle suerte, aunque duela la pérdida. Suerte, sí, amigo.

domingo, 6 de julio de 2008

PEQUEÑOS, MEDIANOS Y VIEJUNOS: TODOS GRANDES

Me rindo ante los pequeños: ante Nadal y su sencillez; ante su fortaleza, mucho más mental que física. Ante sus lágrimas de emoción por el esfuerzo, por su victoria merecidísima, después de intentarlo todo frente a un Federer ejemplar. Después de crecerse ambos y hacernos pensar que, raqueta en mano, no tienen límites. Un pequeño ser humano, grandísimo.
Mi mediano tiene últimamente muy mala suerte. Y un coche que me recuerda al troncomóvil. Hoy Alonso ha merecido mucho más. También los seguidores de la F1 en general, y de su carrera en particular, después de un Gran Premio de los que casi logran que nos reviente el aneurisma. No se cómo cabe dentro de ese espacio tan pequeño.
Mi viejuno vino ayer con su pachanga de viejunos policías, casi a pelo, a subirse al escenario de Rock in Rio Madrid. La 2 me dio la sorpresa de retransmitir el concierto, para que así pudiera comprobar cómo hay algunos ejemplares masculinos que se ríen del paso del tiempo y convierten a los años en sus aliados. Dónde tendrá el retrato volviéndose feo y decrépito, me pregunto. Grande, Sting, grandísimo.
Ojalá engrandeciéramos sólo con mirarlos. Y no sólo en la dimensión en la que me han engrandecido a mí, seguro, las toneladas de pipas consumidas frente al televisor.
Qué gran fin de semana, pardiez.

miércoles, 2 de julio de 2008

ME PONGO ESTUPENDA (I)

Creo que la novela es una forma más de interpretar el mundo, la realidad. Una forma más.
Que el escritor, el novelista, actúa como una especie de médium: la vida se manifiesta a través de él, con su mirada, con sus palabras.

Por otro lado, creo que nos movemos por afinidades, que en esa búsqueda de nuestra propia identidad -que es, ni más ni menos, todo lo que hacemos en la vida- atraemos hacia nosotros aquéllo que se nos parece, que encaja con nuestra manera de entender la realidad.

Las novelas, además de procurarnos un entretenimiento, nos sirven para atisbar nuestro propio reflejo. Me arriesgaría a decir que aquéllas que más nos gustan, si nos ponemos a escarbar, es porque en ellas hemos encontrado mucho que nos recuerda a nosotros. Incluso nos han podido dar soluciones a nuestros problemas.
(Y resulta maravilloso ver cómo, en la gran mayoría de las ocasiones, esto sucede de manera subconsciente; cómo escapa a nuestro control.)
Me resulta evidente que somos muy diferentes unos de otros, que nuestra capacidad para profundizar varía muchísimo de un individuo a otro. Lo mismo que la hondura de nuestros sentimientos, que nuestros umbrales de dolor, que nuestras sensibilidades.

Y por eso creo que dentro de ese enorme saco llamado Literatura, dentro, a su vez, de otro más pequeño, llamado novela, caben desde Kundera a Ruiz Zafón. Pasando por Melville, por Corín Tellado, por Llamazares, por Grisham, por Koontz, por Coetzee. Por Salinger, por Mendoza, por Vazquez Figueroa, por Etxebarría, por Carver. Por García Márquez, por Nora Roberts, Blyton, Christie. Por Cerrada, Austen, Murakami, García-Romeu, Rico, Tomeo, Sánchez-Dragó. James, Chèjov, Stendhal, Rilke, Fernández Mallo, Conrad, Sierra, Posadas. Por tantos negros en la sombra. Por tantos que no alcanzaron la notoriedad, pero a los que escribir les ayudó un poco a encontrarse. Nos ayuda un poco a encontrarnos.

Supongo que estas palabras son más un homenaje a todos ellos que una declaración de principios.

lunes, 23 de junio de 2008

cansancios

había escrito una larga lista, un inventario de todos mis cansancios y he decidido borrarla, como quien renuncia a nombrar la soga en la casa del ahorcado. no lo he hecho por cobardía, sino porque me he dado cuenta de que no me importaban ni siquiera a mí.
todos pasamos por momentos de cansancio. qué hay de nuevo en eso. nada.
tampoco es que haya siempre que ser original. ni perfecto. ni interesante. ni bello.
bastaría con ser humano a cada paso.

eso, precisamente eso, es lo que echo de menos.
un poco más de humanidad en las miradas.
alguien que se tome la molestia de dar con la palabra mágica que abra el caudal del resto de palabras.
ese interés que me haga ser más justa. menos necia. más realista.
más humana.

jueves, 12 de junio de 2008

LIBROS

No pueden sustituir a la vida, a la textura de los objetos en nuestras manos, al calor de una conversación apacible e intensa.
Al cuerpo dolorido y al ánimo satisfecho después de un día de trabajo provechoso.
Al asombro del paisaje descubierto por los ojos, a la brisa del mar en el rostro, a adormecerse escuchando la cadencia de las olas.
Al amigo paciente y generoso, dispuesto a escuchar y a compartir.
Al sudor, a los besos, al olor de las pieles fundidas.
A la paella de la madre los domingos.

Y sin embargo
ellos permanecerán
ajenos a la traición y al cambio.
Cuando todos se hayan marchado
y al fin la noche gane.
Le harán un corte de mangas a Heráclito
desde los anaqueles.
Y volverán a ofrecerse una y mil veces
para mitigar este desasosiego.

domingo, 1 de junio de 2008

MADRID. LINEA 6. SÁBADO NOCHE

Toda la tarde trabajando. Me duelen las piernas. Son las diez y cuarto de la noche. Quiero llegar a casa. Hay una pareja apoyada en la barandilla de la boca de metro. se besan. Ella pone la mano sobre la entrepierna de él y alza la cabeza, mira alrededor, busca una mirada que prenda la cerilla. "¿Y tú qué coño miras?", oigo antes de entrar en el vestíbulo.

Diez minutos de reloj en el andén. Al fin llega el tren. Los cristales de la puerta primer vagón están hechos pedazos que tapizan el suelo. Dentro, pisándolos, hay un grupo de adolescentes. Pantalones caídos, gorras del revés. Discuten a voces. Hay un vacío entre ellos y el resto de gente, apiñada al fondo del vagón. Varias personas entramos. Huele a miedo. "Señores viajeros: este tren debe ser desalojado por actos vandálicos." El rebaño sale al andén, asustado, sin orden. Una mujer sudamericana llora: lleva un bebé de días entre los brazos.

Cambio de rumbo: linea 6, andén 1. Saco el mp3. Llega el tren. Por lo menos me puedo sentar: me duelen mucho las piernas. Un hombre se sienta justo enfrente de mí. Oigo su voz por encima de Marlango. "Todos los fines de semana hay alguno...". Miro de reojo a los pocos viajeros de alrededor. Todos se hacen los despistados. El hombre habla, necesita más hablar que encontrar a alguien que lo escuche. No puedo evitar oirle. Tal vez, le escucho."Era muy joven, se sujetaba las tripas, para que no se le saliera la sangre. Enseguida ha llegado el samur. Todos los fines de semana lo mismo...". Un chico le pregunta algo. El hombre lo mira, se dirige a él, pero su tono de voz no cambia lo más mínimo. "Mano dura: hace falta mano dura. Al pobre chaval se le salían las tripas..." Mira al frente, sin ver, con unos enormes ojos azules. Lleva una pesada esclava de oro en la muñeca y un enorme sello, también de oro, en el dedo corazón. Miro su reloj plateado en la muñeca izquierda. y me choca poder leer la hora perfectamente desde donde estoy. Las diez cuarenta. Lleva el reloj puesto del revés.

Un trasbordo. Llego al nuevo andén. El panel me informa de que aún faltan siete minutos para que llegue el siguiente tren. Me pesan las piernas. La espalda gime. Enfrente, en el andén opuesto, hay una mujer sentada en el banco de piedra. Tendrá unos sesenta años. Arruga la cara de repente. Inclina la cabeza hacia la derecha, en un espasmo rápido, mientras arruga la cara por completo. Una y otra vez. Siempre hacia la derecha, casi toca el hombro con la oreja. Apenas ha enderezado el cuello cuando de nuevo la sacude la contracción. Una chica se sienta a su lado. La mira de reojo. Se levanta y camina hacia la cabecera del andén. Llega mi tren. Consigo sentarme también esta vez. Voces al fondo del vagón. Siete u ocho chicos. Camisas de rayas con cuellos blancos. Altos, afeitados. Universitarios. Uno de ellos levanta una botella de cacique y nos la muestra, nos brinda la faena. Ríen en voz alta. Hablan. Sus palabras son ininteligibles para mí, pero ellos parecen entenderse. Es como si hablaran en otro idioma, uno que suena a castellano, pero que yo desconozco. Se bajan todos en tropel y festejan desde fuera la partida del tren, miran hacia dentro y nos hacen gestos. Cantan. Gritan. No conozco su idioma.
Camino hasta mi casa. Las rodillas me chirrían. La calle parece desierta. Oigo pasos detrás. No me atrevo a volver la cabeza. Acelero. Mis piernas responden, son fieles. También tienen miedo. Los pasos me adelantan. Su dueño se gira para mirarme. Una mirada subrepticia. Desacelero. No hay escaparates en los que detenerse. Una mujer en zapatillas de felpa pasea a un perro. "No chupes eso, ¿no ves que está sucio, mi amor?", oigo que le dice.
Llego al portal. respiro. El aire me huele conocido. Me estremezco. Cierro mi puerta. Echo el cerrojo, la cadena. Vuelvo a respirar. Las piernas callan. No sé qué es lo que me duele.

martes, 27 de mayo de 2008

HAY PALABRAS QUE CALMAN INCLUSO A LOS LEONES

Menos mal que la noche no es eterna,
y de pronto la luz nos ilumina
y los cinco sentidos se despiertan
y comienza una historia muy antigua,
una historia que va del miedo al llanto,
pero también del llanto a la alegría,
a la absurda manía de lo humano,
de la pasta de dientes y la ducha,
de la risa en los bordes del naufragio,
del orden cotidiano del saludo,
de la fuga solar de las ventanas
y la prisa por encontrar respuestas.
Menos mal que la tarde dura mucho
y podemos hacernos a la idea
de que llegan la noche y sus secretos.
Menos mal que la muerte nos consuela,
y nos va confesando día a día
que aquí nada es eterno.
Menos mal que a pesar de los pesares
seguimos aferrados al milagro,
a la ciega esperanza del sosiego
y a la terca ambición de la unidad.


FRANCISCA AGUIRRE LA HERIDA ABSURDA

viernes, 23 de mayo de 2008

FRÁGIL

Creo que la foto es de Chema Madoz.


siempre he pensado que las personas sensibles teníamos que ser doblemente fuertes para sobrevivir.

que la sensibilidad es un privilegio, un regalo, algo así como un don.

y la fuerza, el talento que había que desarrollar para poder seguir siendo sensibles.


la vida, sin embargo, te va desnudando.

y desnudos no hay sensibilidad. no hay fortaleza que valga.



sólo fragilidad.



ahora, además, empiezo a comprender la soledad obligada de los seres sensibles.


y suplico que los lápices no tengan espinas


porque necesito trazar una gran linea que señale

dónde acaba esta sensibilidad,

dónde empieza la locura.



lunes, 19 de mayo de 2008

IMPERFECCIÓN 2.0

Había escrito una entrada larguísima, amarga, inconexa.
En ella reivindicaba que la sintaxis nada tiene que decirle a la rabia.
Ni al deseo.

Pero paso de darle la brasa a nadie.

Después de todo, las cosas son como son, y nosotros, imperfectos, todos, sin excepción, estamos hechos de la misma materia. Y somos capaces de lo más excelso y también de las mayores mezquindades.
No pienso corregir ni una palabra. Aunque sea un error. Hoy no me desligaré de mi humanidad. Ni me lamentaré por compartir mis átomos de carbono con las piedras, lo poco que hay de estrella en mí. En todos.
Todos somos lo mismo.
Miedos. Ruindad. Bondad, a veces. Amor. Silencio. Recuerdos. Mentiras. Deslealtad.
Y otro puñado de buenos ingredientes, en cantidades desiguales.

lunes, 12 de mayo de 2008

LUNES

Una carretera en Lesotho. Foto de Ismael. (¡Graciñas!)

Me suelto el cinturón, aunque quizá peque de exceso de confianza.
Parece que las curvas pasaron, que el horizonte se ventila, se aquieta. También pueden bordearse las cordilleras: es otra forma de salirse del tiesto y coronarlas.
Más curvas vendrán y habré de pasarlas, con buena letra, paciencia, cariño.

Por ahora me aferro a este lunes, que fluirá, que saldrá de mis manos, como todo tiempo posible. Daré gracias por la inasibilidad de los días, de la gente. Por la propia. Me alegraré del momento y renovaré mis votos de no dar la oportunidad a nada ni a nadie de ensombrecer mis días con mezquindades.

(Cuán a menudo esta sensación de empezar de nuevo... Me pregunto si no es una enfermedad, aunque sé que no busco comienzos eternos, que lo que quiero es un continuo que no pueda tachar de estabilidad, aunque lo sea. Seguramente sea el signo positivo de mis genes, todo lo que no depende de mí. Luce el sol este lunes. Siento ganas de ver. )

miércoles, 23 de abril de 2008

UN GRAN DÍA

Veintitrés de abril de 2008

1
He celebrado el día del libro dando por terminado mi "ultimísimo" repaso a la novela. Imprimiéndola.
Fotocopiándola.
Encuadernándola.
Ahora puedo tocarla. Es una sensación magnífica cuando un sueño se hace tangible. Lo que sea a partir de ahora no es tan importante. Quería contar esa historia, y ya está hecho.

2
Los encuentros en ascensores, que no se sabe si suben o bajan, son perturbadores. La atmósfera se llena de electricidad. El aire se vuelve tan denso que podría cortarse con tijeras. La primavera tiene la culpa. Las hormonas. La carótida latiendo en su cuello. Dan ganas de volverse felino, despojarse de la falsa piel a cada paso elástico, cada vez más cerca, y apagar las luces de un zarpazo.

3
Que el corazón tiene razones que la razón no entiende es algo que cada vez me resulta más evidente. Y más incomprensible. Y más sedante, o será la pereza... Para qué darle más vueltas. Me detengo en la siguiente diástole. La sístole la seguirá sin que yo haga nada. Qué descanso. Disfrutaré del cálido discurrir de la sangre por mis venas. La carótida latiendo en mi cuello. Estoy viva. Siento.
Las cosas que tienen que ser siempre son sencillas.

martes, 15 de abril de 2008

ESCONDITE




Contaré hasta infinito.
Ni uno más, ni uno menos.
Luego saldré a buscarte.
Escóndete mejor
cuanta menos prisa tengas,
cuantas más ganas de jugar.
Te encontraré
dondequiera que hayan crecido tus rebrotes.

No habrá besos entonces,
No.
No los suficientes.

Infinito podría ser catorce.

¿Mirarás entre los dedos mientras cuentas
para ver detrás de qué árbol me escondo,
para fingir que cuento?

martes, 8 de abril de 2008

HORROR VACUI

Terminé mi novela. la maldita, odiada, amada novela que he tenido entre manos durante los últimos dos años. Pensé que el momento de escribir la palabra fin sería algo especial, catártico, lleno de fuerza. Pero no. La escribí y acto seguido he cogido de nuevo la cabeza de la serpiente y he empezado a repasarle el tatuaje. Resulta que esto no se acaba nunca. Creo que era Borges quien decía que se publica para dejar de corregir. Eran otros tiempos. Ahora mi ángel de la guarda tendría que disfrazarse de editor, si es que quiere protegerme de mi peor enemigo.

De todas formas, se supone que los que tenemos este vicio siempre terminamos escribiendo de lo mismo. Que es siempre la misma novela la que nos traemos entre manos, aun cuando cambien los personajes, las circunstancias, la forma. Genio y figura. Un microcosmos voraz que, con un poco de suerte y la terapia adecuada, no se convertirá en agujero negro mientras estemos vivos.

Hasta un par de días después no me di cuenta de que no se trataba tan solo de tener una novela más o menos concluida en el cajón. La cuestión es que le había ganado el pulso a la inconstancia y al miedo. Al mercantilismo. A la falta de fe. A la esclavitud de la búsqueda de la perfección. A la autocomplacencia. Una prueba de que es posible. Hasta unos días después no me llegó, por correo certificado, la inyección de energía. Todo es posible.

Mientras repaso el tatuaje de la cobra, mi cabeza ya está buscando otros caminos. Ya se sabe: el cuerpo tiene horror al vacío. Y yo aún tengo cuerpo. Ergo...

sábado, 29 de marzo de 2008

SEGUNDA PERSONA, SINGULAR

Si elimino

el miedo
el ego
los deseos
la soledad
los prejuicios
lo que ven los ojos
la necesidad
el pasado
la cobardía
las expectativas
las palabras
los razonamientos

al final

quedo yo
y me quedas tú.

jueves, 20 de marzo de 2008

UTILIDADES

Dedicado a la vitamina B-50.


Reniego de mi evidente condición mercantilista.
Hay cosas que sólo pueden explicarse desde la utilidad. Nos hacen la vida más fácil. Nos mueven a levantarnos de la cama, a superar el umbral de la pereza y del miedo a la hora de comenzar cualquier empresa. (La rutina es una de las más importantes).
Entiendo que casi todo funciona así. Estos dos mil años de evolución me dan una confianza que puede que esté equivocada. Puede que todo obedezca al instinto de supervivencia. Puede que la ilusión sea el alimento principal de nuestros sustratos más internos, esos que resultan inaccesibles para los taxidermistas.
Puede que sean un invento de los últimos años, algo reciente y aún no perfeccionado. Tal vez sea esa la cuestión: que aún no hemos alcanzado la suficiente excelencia. Que sean un motor incompleto, rudimentario, que aún tengamos que hacer girar la manivela antes de subirnos a la avioneta.
Constructos de una psicología llena de recovecos.
Inventos de los políticos para mantenernos ocupados en fruslerías y dejarles expedito el camino del poder (y del dinero).
Triquiñuelas de un Dios aburrido y espectante.
Mentiras diarias para afrontar una vida carente de razones.
¿Por qué soñamos? ¿Para qué hacer acopio de locos, absurdos, deseos?
¿Acaso se puede vivir sin ellos? ¿Es posible la vida en el vacío?
¿No será tan solo que hoy me he levantado calderoniana? ¿No son un continuo, uno detrás de otro, pegados con cinta aislante de la realidad? ¿No les hace perder sentido este hecho, que no sean sino un tramposo entramado? ¿Serán tan ciertos como que dudamos?
¿Por qué han de servir para algo, digo yo?
¿Por qué?

martes, 11 de marzo de 2008

ADIVINANZA


Se lo había dicho con una mirada: Nadie podrá quitarme este poder, porque su fuerza radica en su desmesura. Ni siquiera tú y tu indiferencia.

Salió a la calle y miró al cielo. Los árboles urbanos se tapaban la boca al toser. Sus copas, tan cercanas, sólo se rozaban los días de viento. Pero luego venían la primavera, los pájaros, los locos deseos de los insectos, y el milagro perpetuaba su raza intoxicada. Para qué: para que el invierno llegara inexorable y volviera a premiar su desnudez con trofeos de hielo. Detuvo su paso y los miró. Esas ramas le resultaban familiares. Quiso estirarse tanto como para tocarlas, para sentir su tacto. Deseó poder saltar lo justo para robar una hoja. Y entonces se acordó. Su fuerza radica en su desmesura.

Recordó ese aliento, el peso de esa mirada que lo despertaba cada noche. Recordó un beso en su mejilla. Recordó las ascuas de unos ojos, el resplandor lechoso de la luz de la mesilla aún encendida, el libro dormido abierto sobre el pecho. Recordó apagar la luz después, y respirar profundo. Y oír esa voz vestida de risa que venía a lamer el sueño, a sentarse a su lado justo hasta el momento en que se quedara dormido. Y aún después.

Pensó en lo que nadie puede medir, ni siquiera la indiferencia. Poder incontrolable. Pureza eléctrica, fuera del alcance del ridículo. Intangible. Extendió la mano hacia las hojas. Le dio igual que la brisa se detuviera a contemplarlo. Se estiró todo lo que daba de sí la sombra de su brazo. Eran verdes, suaves y todavía conservaban el frescor del amanecer.

viernes, 7 de marzo de 2008

IMPERFECCIÓN 1.0

Hay días en que una quisiera hacerse inseparable de sí misma, dominar las palabras más sencillas, renunciar a la metáfora, dejar de mirar hacia lo alto.
Puede que hoy ocurra. Puede que no sea por pereza. Puede que, de todos los pecados, el mío sea más bien la confianza.
Qué alivio comprobar que, más tarde o más temprano, todas las estatuas reúnen sus fragmentos a ras de suelo. Que los pedestales terminan por ser innecesarios.

Qué tranquilidad la cadencia segura, indeleble, mía, sí, ansiosa, tuya un poco. Si echamos a correr, aumenta el ritmo. Llevará la vida a todos los rincones. Inmune a la gravedad, a las mentiras.
Me gusta pensar que el miocardio también necesita sangre.

domingo, 24 de febrero de 2008

DEMASIADA COMPETENCIA (Escritura automática II)


decidir si luna, estrella o farola. cada cual con sus peligros. a prueba de eclipses, de pedradas, de agujeros negros.
tal vez resulte excesiva la vocación de brillo, de iluminación urbana. quizá debería sucumbir por fin a ese nosequé rural que de cuando en cuando da la cara. me da en la cara.
y renunciar a la melancolía. a esa tristeza que me hace ser quien soy (un ser en esencia alegre). ni más ni menos.
ponerme de puntillas para cambiar la perspectiva de mí misma. quizá la luna me quede demasiado alta. quizá las sombras no sean sino el alivio que necesito.
tal vez los puentes sólo puedan ser tendidos por quien ve la distancia.
y la distancia sea solo una cuestión de coordenadas.
y la vocación contemplativa que cada día pisa con más fuerza sea el puente, el camino, la lucha, la sombra, el sol, la luna, la farola, las estrellas. la suprema justificación de esta sed de letras.

lunes, 18 de febrero de 2008

VAMPIROS



están por todas partes. han domesticado a los espejos para que muestren justo lo que ellos quieren mostrar. la imagen perfecta. quizás a quien han domesticado es a los ojos, a los ojos que los miran, al cerebro que los juzga. con esas palabras que a todos nos gusta oír. con el afán, el incansable afán de hallar tesoros, de cambiar voluntades, de evangelizar a los desangelados, de ganar con pico y pala esa estima que alguien les robó en el patio del colegio.

dicen que si no los invitas no pueden entrar en tu casa. dicen que hay que clavarles estacas en el corazón, o cortarles el cuello. que los ajos son su repelente natural. y de quién no, me pregunto. buenísimo para la circulación. yo creo, van helsing de pacotilla, que lo mejor es ser sincero y plantarle cara al miedo. entonces ellos se evaporan, aunque nunca ardan, son autoignífugos, sólo se convierten en vapor de agua. vasta atmófera, inabarcable. por fortuna, a veces.

muchos, la mayoría, lucen sus marcas en el cuello. un ejército de infectados. pero no. me repito como un mantra que es la señal de la vacuna, la vacuna, la vacuna. para no pasar más noches en vela. porque no quiero engalanarme de fatuidad y sobrevolar mis días y mis noches buscando víctimas. la vacuna contra el vacío. la vacuna contra la muerte. que es el desamor, la soledad infinita que es la del cinismo, la negativa tácita, o explicada, consentida, renuente a comportarse como un ser humano.


yo también tengo marcas de colmillos. y cuando huelo la sangre me perturbo. el sol me daña. siento deseos de volar. dejar de sentir miedo. ascender. dar tres toques en tu ventana. cruzar los dedos debajo de la capa. este vampiro no tiene vocación de ángel, sin sexo conocido. pero lo tengo claro. llamaré hasta tener permiso. no tengo ningún miedo: estoy vacunada. he domesticado a los espejos, conseguí engañar a la máquina de la verdad para poder ser sincera. no duermo en ataudes desde lo de la hernia de disco. suelo volar y a veces, aullarle hasta a la luna. y sueño con mi capa de tres al cuarto, a punto de dar las campanadas, las de después de los cuartos. podría coger el ascensor, pero iré volando, sólo porque puedo hacerlo. mahoma, la montaña, el cántaro y la fuente. sortearé tu máquina de aire acondicionado y tocaré en el climalit con los nudillos. tres, cuatro, cinco seis, siete toques. hasta que me abras.

lunes, 11 de febrero de 2008

ALGO MUY PARECIDO A ESTO

hoy he tenido tiempo
para escribir, para trabajar
para cerrar los ojos y sentir el calor del sol en los párpados
para mirar al cielo
para alegrarme

hoy me he reído de mí misma un buen rato
y luego me he inventado un par de sueños nuevos
y he saltado sin red hacia el futuro el minuto siguiente

hoy he podido hilvanar unos cuantos recuerdos
y me he sentido afortunada
por haber amado
por haber sido amada
por seguir amando
por notar en el pecho el peso incandescente
de este corazón de buey que me da vida

hoy he sumado a mi fortuna
los besos que he podido dar a esos que amo
y los que he enviado en sobres de aire a los que están lejos
a los que ya no están
a los que están llegando

hoy he podido coger un autobús
dar un paseo
pensar, sentir, sentir, sentir, emocionarme
hoy he tomado un café
y he dejado que un libro me transforme

hoy, ahora, me voy a la cama
satisfecha por sentir el cansancio
con ilusión porque llegue mañana
y empezar de nuevo

sé que cuando ponga la cabeza en la almohada pensaré
que si esto no es la felicidad
se le parece mucho.

sábado, 2 de febrero de 2008

LA (FRIKI) VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS

Hace un par de meses leí por primera vez "Orgullo y prejuicio", de Jane Austen, y como no soy nada original, me enamoré perdidamente de Mr Darcy. No voy a entrar en detalles (por el momento) sobre la cuestión, sólo explicar que, como una es como es, esto me movió a escarbar un poquito. Y es que me dejó anonadada que casi todas las mujeres con las que comentaba el hecho confesaban que ellas también habían sucumbido en su momento a los encantos del personaje.
¿Qué tiene Mr Darcy, un ser cuya entidad sobrepasa la tinta de la que está formado, para ponernos a liberar endorfinas así?
Por supuesto, el siguiente movimiento, punto de inflexión donde los haya, fue meter el suspirado nombre en Google. Me salieron 366.000 referencias, a las cuales me lancé, lo reconozco, con el ánimo un poco enajenado.
En otro momento ya daré cuenta de los sesudos resultados de mi estudio. Por el momento, os dejo un enlace que me subyugó. (Os animo a que entréis y paséis el cursor por la pantalla, a ver qué os encontráis. Pero no os hagáis ilusiones...).

Pd.- La foto del comienzo también tiene sorpresa si la pincháis: no he sido capaz de colgarla directamente en todo su esplendor. No recuerdo de qué web la saqué, de modo que si alguien se ofende que reciba mis disculpas por anticipado.
Pd.- Me voy a ver si salgo en Google al poner Mr Darcy. (¿366.001?)

viernes, 25 de enero de 2008

TEMERARIA, FELIZ, EXPLORADORA

mi cabeza ha vuelto a donde tenía que estar. se dio un paseo por ciertos parajes que resultaron estar deshabitados y ahora, al fin en casa, al amor de esas lumbres (hogueras de palabras y conceptos) descansa sin detener su paso.
(perdón por la insistencia, pero el miedo es el peor enemigo).
así que ahora vuelvo a soñar, gracias a la vitamina B-50 y a que mi corazón ha comprendido (qué duro de mollera es a veces) que el cinismo es un manjar que le intoxica, que los sueños son pertinaces, indolentes, derrochadores de tiempo; que, puestos a ser engañados, hay que engañarse por la puerta grande, a pleno pulmón, a tumba abierta. esa caída nunca duele, al fin lo he comprendido. que las fantasías de control son agujeros negros.

he retomado mi novela y estoy como en trance, pero nunca más despierta. es una sensación curiosa embeberse de la vida de los otros, (de unos otros que resultan más reales que algunas personas). una excitación especial que llena cuerpo y mente desde que suena el despertador. me entusiasma esa sensación de ponerse entre dos espejos y no estar asustada. de tirar del hilo sin pensar en el ovillo. de notar que se agudizan los sentidos de una manera casi felina, tanto que hasta puedo ver en mi noche, y algunos sonidos, ciertas voces, hieren mis tímpanos con solo imaginarlos. y los dedos comprenden las texturas, y desdoblan las pajaritas sin miedo de no saber recomponerlas.
adoro entender la realidad como una muñeca rusa. adoro ir desentrañando los misterios de la perspectiva al avanzar en el camino. y aceptar con alegría que, detras de mí, conforme ando, se forma una nueva perspectiva; distinta pero igual de mentirosa.
adoro no temer adentrarme en mis abismos. (adoro escribir, qué demoniosssssssssss).

jueves, 17 de enero de 2008

ESCRITURA AUTOMÁTICA (1)

dejo que las manos fluyan sobre el teclado, con indolencia, casi con desidia. todo menos pensar, ni fijar la vista en la pantalla (la graduación de mis gafas se ha duplicado en el último año, maldito ordenador, maldito reloj, maldita perfección)

hubo un tiempo en que quise que todas mis pertenencias cupieran en una maleta, para poder marcharme en cualquier instante, para no tener demasiados puntos de amarre. con el tiempo he comprendido que lo peor no son los objetos, son las voces, algunas sonrisas, ciertas bromas; la delicada magia de determinados lugares, los olores que se perciben con el miocardio, saberte bajo la protección de esa mirada... son ellos los que te atrapan. no queda más remedio que remendar el concepto de independencia, de libertad y echarse a la espalda la mochila de angustias, despedir a ciertos sueños desde el umbral, con un beso de aire. y emprender otros. o mejor aún: dejar que sean las manos las que los emprendan. así, como ahora, sin pensar en la ortografía, ni en las maletas, ni en los libros en las estanterías. con el hemisferio derecho. sin más. en plena noche.

sábado, 12 de enero de 2008

(TRISTE) CELEBRACIÓN

Ayer falleció Ángel González (Oviedo, 1925). Era sólo un poeta; era y lo será siempre, mientras nos queden sus libros. Era mi poeta favorito, un ser que me había hecho sentir, temblar, con sus palabras. A mí como a tantos otros.
Hace dos años tropecé con él en la Feria del Libro de Madrid. No me lo esperaba en absoluto, pues no asociaba ese zoco con la poesía (ingenua que es una). Recorría las casetas, mirando más a los mediáticos que a los libros, en realidad, mientras conversaba con un amigo. Y allí estaba él: con sus ochenta años y su chaqueta puesta, a pesar de que hacía un calor infernal. No pasó nada interesante, no sé bien por qué cuento esto. Me quedé plantada delante de él, sin ser capaz de decir nada más allá de un hola. Tomaba los libros entre mis manos y los volvía a dejar, sin decidirme a comprar uno, cualquiera, qué más daría que ya lo tuviera en casa, para que me lo firmara. Como una tonta. Él me miraba serio. Supongo que pensó que, o bien era boba, o estaba loca. Cuando la situación se hizo un poco tensa, mi amigo salió en mi ayuda: no recuerdo qué le dijo, el caso es que se despidió de él y me arrancó con suavidad de la caseta. He hecho el ridículo muchas veces en mi vida, pero recuerdo pocas tan nítidamente como ésa.
Al principio sé que le miraba con la intención de descubrir algún rasgo distintivo en sus facciones, algo que supusiera una señal de que era una persona sensible, un poeta, alguien con una visión del mundo sutil, exquisita, con una mirada única, irrepetible y con el don de convertir esta mirada en las palabras justas y necesarias. Y bellas. Luego, sencillamente, me quedé atrapada en esa situación absurda que hoy me hace gracia: no me hubiera bloqueado tanto delante de George Clooney.

Ángel González se ha ido y nos ha dejado sus poemas. No se puede pedir más, salvo una vida menos triste y dolorosa.


IGUAL QUE SI NUNCA
¿Es algo más que el día lo que muere esta tarde?
El viento
¿qué se lleva,
qué aromas arrebata?
Desatadas de golpe, las hojas de los árboles
ciegas van por el cielo.
Pájaros altos cruzan, se adelantan
a la luz que los guía.
Sombría claridad
será ya en otra parte
-por un instante sólo-
madrugada.
Con banderas de humo alguien me advierte:
-Míralo todo bien;
eso que pasa
no volverá jamás
y es ya igual que si nunca hubiese sido
efímera materia de tu vida.

ÁNGEL GONZÁLEZ



Aquí podréis encontrar más información sobre él.


Pd.- Triste celebración porque ésta es mi entrada número cien. (¿Por qué esa afición por las conmemoraciones, por los números redondos?) Triste entre paréntesis: celebremos, sí, la vida de un poeta.

sábado, 5 de enero de 2008

VEGETALES


aunque están encerrados respiran como todos,
todos los que nunca conocieron el camino
y caminaron a pesar de su miedo,
hasta hacer suyo el desgaste de las suelas.
detrás de cada reja
esas vidas que nunca entenderemos
contienen su alegría
para no acrecentar el desconcierto
de estos ojos cegados de tedio y de pereza.