Hace unas cuantas semanas pasó por delante de mi ventana un maratón. Fue una suerte de premio por haberme levantado temprano un domingo.
Allí, entre la gente que corría, estábamos todos.
Una joven corría empujando la sillita de su hijo.
Un chico sin piernas se las arreglaba para impulsar su especie de bicicleta y guiarla entre la multitud sin dañar a nadie.
Un joven serio, concentrado, marchaba a la cabeza, en completa soledad.
A cierta distancia la gran marea de colores. Un batallón de buen humor, cuyas voces se alzaban quebrando la calma de la mañana de domingo. Risas. Sobre todo risas. Jaleaban a un policía que, en pie sobre el sillín de la moto, les indicaba que cambiaran de carril.
Todos con su dorsal, su número.
Algunos en grupo, conversaban sin dejar de mover las piernas.
Otros llevaban sus auriculares puestos.
Chicas sin complejos con minúsculos pantalones de lycra y camisetas de tirantes.
Chicas con amplias camisetas tapando sus cuerpos.
Un anciano de pelo blanco y largo recogido en una coleta mínima, con su chándal añil.
Una mujer obesa, de cara enrojecida por el esfuerzo.
El crisol que somos.
Todos corremos en pos de algo. Todos corremos dejando atrás tantos fantasmas.
A todos nos gusta esa fatiga de después de haber luchado por lo creemos y queremos.
Lo único que lamento es haberlos visto desde mi ventana, sentada a la mesa.
Aunque, a pesar de mi quietud, no puedo dejar de ser consciente de que yo también me hallo en plena carrera. Como todos, como tantos. Quizá el próximo año lo demuestre, saltando a la calle como ellos, una mañana de domingo, en primavera, bien temprano, plantándole cara al frío, a la pereza, a las presiones del fracaso.
Pd.- Obsérvese que a la marea humana no la detienen los semáforos en rojo
Un chico sin piernas se las arreglaba para impulsar su especie de bicicleta y guiarla entre la multitud sin dañar a nadie.
Un joven serio, concentrado, marchaba a la cabeza, en completa soledad.
A cierta distancia la gran marea de colores. Un batallón de buen humor, cuyas voces se alzaban quebrando la calma de la mañana de domingo. Risas. Sobre todo risas. Jaleaban a un policía que, en pie sobre el sillín de la moto, les indicaba que cambiaran de carril.
Todos con su dorsal, su número.
Algunos en grupo, conversaban sin dejar de mover las piernas.
Otros llevaban sus auriculares puestos.
Chicas sin complejos con minúsculos pantalones de lycra y camisetas de tirantes.
Chicas con amplias camisetas tapando sus cuerpos.
Un anciano de pelo blanco y largo recogido en una coleta mínima, con su chándal añil.
Una mujer obesa, de cara enrojecida por el esfuerzo.
El crisol que somos.
Todos corremos en pos de algo. Todos corremos dejando atrás tantos fantasmas.
A todos nos gusta esa fatiga de después de haber luchado por lo creemos y queremos.
Lo único que lamento es haberlos visto desde mi ventana, sentada a la mesa.
Aunque, a pesar de mi quietud, no puedo dejar de ser consciente de que yo también me hallo en plena carrera. Como todos, como tantos. Quizá el próximo año lo demuestre, saltando a la calle como ellos, una mañana de domingo, en primavera, bien temprano, plantándole cara al frío, a la pereza, a las presiones del fracaso.
Pd.- Obsérvese que a la marea humana no la detienen los semáforos en rojo
10 comentarios:
Es cierto, nos pasamos media vida corriendo; huyendo de algo o en pos de una nueva ilusión. Especialmente cuando se vive en una gran ciudad como Madrid, o cualquier otra en la que se pierde la perspectiva y parece que si no corres estás desperdiciando el tiempo o no vas a tener horas suficientes para todo. ¡Con lo que mola pasear!
Un saludito y un beso.
Hola!
Demasiado temprano para una reflexión mordaz, demasiado tarde para evitar leerte.
Dos: -"...a la marea humana no la detienen los semáforos en rojo."- Siempre me ha llamado la atención ese mecanismo que controla la acción gregaria, que nos hace capaces de una respuesta masiva a hechos de una importancia relativa, pero que no consigue que nos pongamos en funcionamiento efectivo para algo que parece vital.
Tres:-"Todos corremos en pos de algo. Todos corremos dejando atrás tantos fantasmas. A todos nos gusta esa fatiga de después de haber luchado por lo creemos y queremos."- Certifico plenamente dicha afirmación. De hecho una característica vital, no tan rara como parece a primera vista, es la permanente huída, a veces veloz a veces tierra quemada al paso.
¡No vemos en las redes!
A+
mi viaje nunca acaba
Hola!
Demasiado temprano para una reflexión mordaz, demasiado tarde para evitar leerte.
Dos: -"...a la marea humana no la detienen los semáforos en rojo."- Siempre me ha llamado la atención ese mecanismo que controla la acción gregaria, que nos hace capaces de una respuesta masiva a hechos de una importancia relativa, pero que no consigue que nos pongamos en funcionamiento efectivo para algo que parece vital.
Tres:-"Todos corremos en pos de algo. Todos corremos dejando atrás tantos fantasmas. A todos nos gusta esa fatiga de después de haber luchado por lo creemos y queremos."- Certifico plenamente dicha afirmación. De hecho una característica vital, no tan rara como parece a primera vista, es la permanente huída, a veces veloz a veces tierra quemada al paso.
¡No vemos en las redes!
A+
mi viaje nunca acaba
Me gustado mucho tu entrada.
Sí, es cierto todos corremos , algunos huyendo de algo, otros en pos de algo y los hay que corren solamente por seguir al de delante...siempre hay gente que se deja llevar...(me viene al cabeza la escena de Forrest Gump jeje)...
quizás muchas veces deberíamos simplemente "pasear" por la vida...¿no tienes la sensación de que vamos todos demasiado deprisa?...
Saludos.
Por cierto, añado tu blog en el mío, para seguir leyéndote...me ha gustado todo lo que he leído en él.
Sencillo pero rotundo, me ha encantado.
saludos nuevamente.
Muchas gracias a todos.
Palo: a mi también me gusta más pasear, aunque me encuentre a mi misma corriendo demasiado a menudo. Qué te voy a contar a tí que tú no sepas.
Ulysse: gracias por tus reflexiones. Me alegro de que fuera demasiado temprano para una reflexión mordaz...Espero que ese viaje tuyo que nunca acaba no sea corriendo.:)
Pulgacroft: Bienvenida!! Gracias por linkearme. Y por recordarme a Forrest Gump, que es sin duda uno de los grandes iconos "a la carrera" de nuestras generaciones.
Gracias a todos y un beso grande.
Amoldarse es la respuesta????????????
Ellos no ven límites, son infinitos. Los límites se los ponemos nosotros. Casi siempre sin querer. Los "sin querer" también hacen daño, pero pocos lo ven ...
la igualdad nos hace libres. corramos todosjuntos, ¡bonito maratón! ...
salut!
Mi despertar: Bienvenid@!!! Amoldarse a la masa nunca es la respuesta. A otras cosas me temo que a veces es inevitable, y hasta sano. Un saludo y gracias por tu visita.
Wilde: Me alegro de verte por aquí otra vez. Nosotros ponemos los límites, sí. El hombre es la medida para el hombre. Y la igualdad nos hace libres, sí, y también nos diferencia. Gracias. Un abrazo.
Hola Leo! He intentado tantas veces correr dándome cuenta de que lo hacía en sentido contrario hacia el bienestar, que creo que debo educarme colocándome un dorsal,y seguir las directrices de una carrera formal.
Corramos, amiga, corramos porque las agujas matan el tiempo.
Un besazo
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