Hay luchas que nunca terminan, afanes que son para siempre, sin divorcio posible.
Uno está tranquilo hasta que aparece. Entonces comienzan a funcionar los engranajes. La imaginación dicta sus normas, las escenas en apariencia maravillosas empiezan a desfilar ante los ojos. La calma, la rutina, aparece, de repente, como algo insípido. Nos preguntamos entonces cómo hemos podido vivir hasta ahora sin ello. Sea lo que sea. Material o etéreo. La ansiedad pone sus huevos en lo más hondo. Nace la insatisfacción con una celeridad que nos sorprende recién levantados. Atónitos, nos movemos con lentitud hacia nosotros mismos. Tratamos de regresar al punto donde estábamos antes del deseo, pero el camino está sellado. La resistencia es nuestra. Barricadas de anhelos. A la mierda. Nos empeñamos en crear necesidades. Olvidamos que somos perfectos en cada momento. Que aceptarnos no tiene nada que ver con la resignación, tan desacreditada.
Me bajo del púlpito para no terminar de asustarme.Me pongo a escribir. Hasta que consiga todo lo que me falta (esa sobriedad, la aprehensión de la vacuidad) me dedicaré a escribir. Solo eso me calma.
Uno está tranquilo hasta que aparece. Entonces comienzan a funcionar los engranajes. La imaginación dicta sus normas, las escenas en apariencia maravillosas empiezan a desfilar ante los ojos. La calma, la rutina, aparece, de repente, como algo insípido. Nos preguntamos entonces cómo hemos podido vivir hasta ahora sin ello. Sea lo que sea. Material o etéreo. La ansiedad pone sus huevos en lo más hondo. Nace la insatisfacción con una celeridad que nos sorprende recién levantados. Atónitos, nos movemos con lentitud hacia nosotros mismos. Tratamos de regresar al punto donde estábamos antes del deseo, pero el camino está sellado. La resistencia es nuestra. Barricadas de anhelos. A la mierda. Nos empeñamos en crear necesidades. Olvidamos que somos perfectos en cada momento. Que aceptarnos no tiene nada que ver con la resignación, tan desacreditada.
Me bajo del púlpito para no terminar de asustarme.Me pongo a escribir. Hasta que consiga todo lo que me falta (esa sobriedad, la aprehensión de la vacuidad) me dedicaré a escribir. Solo eso me calma.
8 comentarios:
Si ya lo dice el genio, el más feliz es el que menos desea. Es curioso que deseemos además lo más superfluo, pues lo realmente necesario, ya lo tenemos. NO me imagino darle al grifo del agua caliente y que salga fria cada mañana, eso si seria jodido vaya...
Oye, soberbio!
yo creo que uno de los grandes secretos de la felicidad reside en la aceptación. La aceptación de la imperfección de uno mismo, de su realidad perfectamente imperfecta. Y desde ella crear, soñar, amar, luchar. No conformarse, no resignarse. Pero si quererse.
En ello estamos, guapa.
Besitos
Espero que te vaya todo bien y que encuentres mucha inspiración...Besos
Yo creo que desear no es malo dependiendo del qué deseemos...hay deseos que nos hacen mejorar, otros nos pueden destruir...pero supongo que estará en la naturaleza humana tener quizás menos de los primeros y más de los otros...nos afanamos por crearnos deseos materiales(sobretodo estos...que nos adeudan hasta las cejas y no nos importa)y nos olvidarnos de crearnos deseos que nos mejoren como persona, que nos inciten a superarnos a nosotros mismos para bien (no a superar al vecino)...en fin...bueno también dicen que cuando los dioses se quieren vengar de nosotros nos conceden nuestros deseos...y eso sí que me parece una gran verdad...
Saludos y feliz día.
Muchas gracias a tod@s. Se me antoja muy difícil la lucha antideseo, y más aún ahora que nos bombardean por todos los lados. Bref, que dirían los franceses...
Wilde: yo tampoco me imagino cómo sería lo del grifo. Ni tampoco cómo sería que nuestros deseos se dirigieran a algo tan básico. Ergo, somos afortunados. Muchas gracias.
Lore: En ello estamos, ¿verdad, Lore? Sabes que comparto ese pensamiento, que la felicidad pasa por la aceptación de lo que tenemos y somos. Sin resignarse, sin dejar de luchar, pero estableciendo una "jerarquía" en los deseos, a imagen de nuestra jerarquía de valores. NO soy taaan radical. Aún no me voy al Tíbet... Graciñas.
Miwok: ¡Qué alegría saber de ti! Espero que siga teniendo noticias. Gracias.
Pulguilla: Totalmente de acuerdo contigo, sobre todo en aquello de "ten cuidado con lo que deseas...". Graciñas.
UN abrazo extensible a tod@s.
LLegué de rebote, creo q me quedaré un ratito, si me lo permites. Un abrazo.
La felicidad no existe.
Existe solo el ánsia de encontrarla.
Una vez creí reconocerla por la calle. cuando la detuve para presentarme, ¡la muy borde me insultó!.
Desde entonces solo la busco. Cuando veo que estoy tan cerca que casi puedo morderla, me paro y descanso.
Ciao!
Mi viaje nunca acaba...
Nuuk: Bienvenida. Puedes quedarte un ratito y todos los que quieras.
Ulysse: Pues lamento no coincidir contigo. Yo sí creo que la felicidad existe, aunque tal vez no se manifieste con la forma que esperábamos encontrarla. En lo que desde luego estoy plenamente de acuerdo contigo es en el ansia eterna por hallarla.
Muchas gracias a los dos. Un abrazo.
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