sábado, 12 de mayo de 2007

LOBOS

A veces hay lobos hambrientos esperándonos en el descansillo. Nos obligan a posponer todos nuestros planes. Nos obligan a mirar por la mirilla con ansiedad, a buscar el brillo de sus ojos amarillos en la penumbra. A temer –pero también de forma mezquina- a desear que aparezca algún vecino, sólo por comprobar qué es lo que pasaría, si podemos atrevernos a poner un pie fuera.
Ideamos un plan de fuga, recorriendo en nuestra cabeza el breve trayecto hasta el ascensor. Acariciamos la idea de que podremos ser más rápidos que ellos. Se nos ocurre que, aunque logremos entrar en éste sanos y salvos, nadie nos asegura que hayamos conseguido burlarles, que no nos esperen, mostrando sus dientes, en la planta baja. Igual la solución es ser más astutos: asumir el riesgo, lograr entrar en el elevador, subir dos pisos más allá, detenernos, seguir subiendo hasta la última planta para descender de golpe y emprender la carrera, sin pensar, hacia la calle.
Perderemos mucho tiempo ideando un plan. Soñaremos con ser capaces de correr más que ellos. Maldeciremos que cacen en manada.
Los audaces detendrán el pensamiento y pasarán a la acción. No les arredrará la negrura de su pelaje, ni el brillo tenso de sus dentaduras. Emplearán incluso armas de su invención para combatirlos. Puede que no lleguen a escapar, pero la parte de ellos que perezca lo hará con una sonrisa fiera en la boca. Y puede que esto sirva para que algún observador tras la mirilla mejore su estrategia.
Otros darán vueltas y más vueltas. Esperarán a que venga alguien, tratarán de tener una certeza. Llorarán. Pedirán una ayuda que nadie podrá prestarles. Llamarán a los bomberos llenos de baldía esperanza. Terminarán sentados en el sofá, ocupados en darse razones que justifiquen su renuncia.
Habrá quien cambiará el tono de su piel y se confundirá en la manada. Afilará sus colmillos, ensayará un aullido feroz ante el espejo, como si éste pudiera oirle. Probará suerte y es puede que triunfe en su empeño. Quizá se acomode de tal manera que olvide que su propósito era huir y se instale en el rellano para esperar otras presas.
Siempre habrá quien idee un discurso convincente y agresivo, quien crea que los lobos atienden a razones.
O quien les tire un hueso y se entretenga jugando con ellos, riendo, sin ser capaz de ver maldad en esos seres.
Y el que arriesgue su mano para asomar la cámara de fotos y protestar ante el mundo por tamaña situación injusta.
Y quien salga al desamparo y los mantenga a raya con una mirada pacífica, desprovista de angustia. Aceptando que escapar o ser devorado es algo que poco tiene que ver con quién es él; que esa situación es una contingencia que, en realidad, no existe.
Y otros...
Nadie asegura que el acertijo se resuelva felizmente.

« El hombre es un lobo para el hombre.» Plauto

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy brillante, Leo. Me ha gustado mucho.
A veces, yo a los lobos les espero pacientemente en mi refugio. Les confío la impaciencia del depredador, deseando que el olor de otra presa les reclame. No me siento valiente para una choque frontal, aún me duele la última mordedura, sobre todo en os días fríos donde la niebla nunca termina de caer.
Un besote Linda!

Anónimo dijo...

Gracias, Ara.
Lo más curioso es que para cada uno estos lobos cobran una forma, encarnan un peligro diferente.
Pá habennos matao.
UN besote enorme

Sandra Sánchez dijo...

Pues a mí casi siempre me muerden...desde luego a veces vale más salir con una escopeta pegando tiros a ver si espantamos a alguno porque por las buenas a mí por lo menos siempre se me echan encima...
Saludos.

Anónimo dijo...

Me encanta el texto, y como metáfora, ¡fantástica! pero tengo que intentar, al menos, salir un poco en defensa de estos animales que tanta fascinación me producen. He llegado a pensar que he sido lobo en alguna vida anterior porque cada vez que los veo me quedo prendada de sus ojos, del misterio que se esconde tras ellos, de la personalidad fuerte y al mismo tiempo sensible que se mezcla en sus miradas. Son ágiles, veloces, astutos, decididos, solitarios y gregarios a la vez... Y pesan sobre ellos injustas creencias profundamente arraigadas. Los lobos que atacan a las personas, que devoran rebaños por pura crueldad, que tienen fuego rojo en los ojos y violentas ideas, propias únicamente de los seres humanos, sólo existen en las películas de terror. El ser humano, te espere en el descansillo, en el ascensor, en la calle o en cualquier otro lugar, tiene siempre más posibilidades de ser violento, cruel y despiadado que un lobo. El lobo caza para comer. El ser humano caza otros seres humanos para divertirse unas veces, para alimentarse del dolor de otras almas en algunas ocasiones, para...
¡Gracias a Dios que también hay seres humanos que son palomas de paz para los demás seres humanos!

Al margen de hombres, lobos y demas especies, ¿te he dicho ya que el texto es buenísimo?

Anónimo dijo...

Pulgacroft: Me imagino que en otras culturas que todos conocemos, acostumbrados a tener en casa un arma de fuego, no se les plantearía esta diatriba.
Palo: Comparto tu opinión en cuanto a los lobos. Como tú bien dices, era una metáfora. Los lobos suelen causar miedo, aunque la mayor parte de las veces son como perrillos famélicos, los pobres.
Un besote grande a las dos. Muchas gracias.

Sandra Sánchez dijo...

Sí, bueno por supuesto que lo de "salir a pegar tiros" se queda en una frase hecha...me´jor entonces algún palo bien dao jeje...o bueno mejor todavía seguir intentando RAZONAR, aunque con algunos es difícil....
pd. también me gustan los lobos, es cierto que tienen una fama muchas veces injusta.
chao.

Anónimo dijo...

Dependerá de cada quién la encarnación del lobo... o podrán manifestarse muchos según las circunstacias que te rodeen... Por ahora a mi me ha ido bien enfrentándolos, sin violencia, porque me ha quedado claro que siempre es peor el antes que el durante ;)

Como siempre brillante, Maga

Bessitos!!!

Anónimo dijo...

Pues si, Pulga: creo que es difícil razonar con ellos. A veces un buen palo a tiempo...
Azul, estoy de acuerdo con que el peor momento es siempre el "antes", cuando la cabeza trata de encontrar una solución y lo pinta todo más negro de lo que es. Una vez que tomamos la decisión y nos enfrentamos no sueler ser tan fieros como parecían, verdad?
Muchísimas gracias las dos.
besosssssss

Mónica Rebolledo Sagredo dijo...

buena metafora... creo que en algún momento todos tenemos algo de lobos, algo de ovejas, algo de espejos...
Debemos conocer lo que queremos vencer.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias, Mónica.
"Debemos conocer lo que queremos vencer"
Lo malo es que a veces somos nuestro peor enemigo... Y conocerse a sí mismo suele ser tarea para toda una vida.
Muchas gracias, un abrazo.

Anónimo dijo...

Buenassss... ojú, que al principio me ha dado hasta miedo leerlo, eh?
No escribas novelas de terror, que entonces no te leo, leo, que me azuzto.
Mi comentario de alcance de hoy es:
todos los lobos, malos, menos lupi di lup "el lobo bueno".

Anónimo dijo...

Jajajajaja, Bego.Y menos lobos, caperucita, ¿no?
Pues es que da un poco de miedo. La verdad es que hace poco que soñé eso, que no podía salir de casa porque había lobos en el descansillo. Pá que veas de dónde sale la inspiración.
Besotesssssss