domingo, 6 de mayo de 2007

SOLEDAD


Esta maniática aspirante a escritora adora la soledad. Hasta el punto que le supone un esfuerzo traicionarla.
Nunca se sabe qué fue antes (y no quiero hablar de huevos y gallinas), pero resulta evidente que para escribir uno debe estar solo. Y para leer. Y para otras cosas que no vienen a cuento.
A veces me pasa que me encuentro sola en medio de la gente. Busco compañía y siento ganas de volverme a mi guarida. Aferrarme a mis libros, desplegar el cordón umbilical que me une a la pluma o al ordenador, en función del estado de ánimo.
Cuando veo a mis amig@s y a sus familias me pregunto si me estaré perdiendo algo. No sé si será una enfermedad, un sentimiento para tumbar en el diván, pero suelo responderme que no. Contra viento y marea. A pesar de las miradas conmiserativas de algunas personas cuando les cuento que no estoy casada, que no tengo hijos. La lucha contra el instinto, contra las expectativas de la sociedad, contra el miedo que produce esa vacuidad para la que no nos ha preparado nadie.
Luego salgo, me río, no me cuesta compartir mis mendrugos de pan duro. Ni masticar despacio los que me regalan los demás. Me gusta escuchar, empaparme de las vidas de los otros, arroparme con la calidez del afecto desinteresado de los que no pretenden cambiarme.
Después llego a casa y está esperándome. A mi imagen y semejanza. A mi medida. Liviana por momentos. Férrea y obstinada algunas tardes. La que me permite descubrirme, la que no me hace sentirme avergonzada de mi desnudez, la que pasa mis seres y estares por un tamiz bien fino, pero luego me da la oportunidad de enmendarme. La única que me acompañará el día que me vaya.
¿Es grave, doctor?

21 comentarios:

Patricia dijo...

A veces la cura es mas dolorosa que la misma enfermedad. Me senti identificada con el articulo, felicidades me gusto.

Sandra Sánchez dijo...

Leo, me ha encantado tu post de hoy, yo muchas veces me siento como tú...y no es que me guste estar SIEMPRE en soledad pero resulta que muchas veces es nuestra amiga má fiel, no nos falla y nos entiende perfectamente, además es moldeable, la hacemos a nuestra medida...yo tengo 36 años y desde hace alguno ya que no entiendo nada, absolutamente nada del mundo que me rodea...yo disfruto con la compañía de los amigos (familia me queda muy poca desgraciadamente)pero siento que muchas veces no pueden (ni se interesan en llegar a mi Yo real, tangible..)uffff bueno en fin que me enrollo demasiado....que me ha gustado mucho
Saludos.

Anónimo dijo...

Los que, como tu dices, estamos casados y tenemos hijos también nos preguntamos si nos estamos perdiendo algo. Nos preguntamos como sería nuestra vida si en vez de arañar de vez en cuando una partícula de soledad, de intimidad, pudiéramos derrocharla. Supongo que nunca lo sabremos, cada uno elige no se sabe muy bien en función de qué... luego a apechugar.
Lo mejor de tener hijos es que se les ama una barbaridad, pero eso, a veces, también se vuelve contra nosotros... otra ventaja es que tendrán que ahorrar ellos para mi residencia en vez de ahorrar yo.
Besos.

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todas.
Patricia: ¡Bienvenida!
Pulga: Es que la soledad es otro de tantos lugares comunes, otra de las cosas que compartimos toda la humanidad (o los que podemos)
Ay, Cuqui, siempre me haces reír. Yo tendré que estar muchos ratitos sola y, además, currar para pagarme el asilo yo misma. Dales un besito a las "báculas de tu vejez".
Gracias por las visitas, los comentarios y la comprensión. Un abrazo a todas

Anónimo dijo...

Me parece que a mi me pasa como a Cuqui. Adoro a mi familia. Pero, ¿que si me estoy perdiendo cosas? Yo me lo pregunto... y lo afirmo, sobretodo cuando estoy con la fregona, la plancha, el puchero y el pequeño en el brazo libre...no te voy a decir más porque ya te lo sabes.
En cualquier caso hay un estado de gracia en esta vida que se llama "ser soltera con piso propio", solo mejorable por el de "ser soltera con piso propio y novio que viene mucho pero luego te deja tranquila". Si consigues este ultimo, recomiendo no cambiarlo. Y ante la duda..."mas vale solo que mal acompañado" no es un dicho, es un hecho.

Anónimo dijo...

Por cierto (ya mas tranquila) que mono es tu rinconcito, que acogedor. No me extraña que estes tan a gusto...

Anónimo dijo...

Gracias, Bego. ¿A que sí que es mono? Poozi. La verdad es que suena bien esa segunda opción de "soltera con piso y novio con piso aparte". Ya veremos, llegado el caso.
Muchas gracias otra vez, super mami. Besotes

Anónimo dijo...

NO ESTOY DE ACUERDO (risas, es broma)...

Si estoy de acuerdo, es sublime. Yo nunca me aburro, y a veces hasta gruño un sábado por la tarde cuando ando con mis cosas y suena y suena el móvil de gente ávida de compañía por ser sufridora (en ver de disfrutadora) de su desleal soledad con nada que hacer...

Hay gente que no sabe perder a solas su tiempo y son el azote de los que tenemos ocupaciones Littell ...

salud!

Sandra Sánchez dijo...

Anda!! pues yo pensaba que la gente que estaba casada, en pareja o lo que sea y que tenía ya famlia propia, lo tenía todo en esta vida...no os veo muy convencidas...Sí, upongo que a veces se necesita un poco de soledad ¿no?...no hay tiempo para tanto, creo que la mejor opción es la de Bego pero que al final siempre falta un "algo" ¿no?...no sé es una opinión...

Anónimo dijo...

Yo creo que nadie lo tiene todo en esta vida, ni los solteros, ni los casados. Cada uno con sus cosas.
Lo que pasa es que entre los que hemos hecho el "standard" (novio, casa, casada, hijos) parece que no se permite la duda de si me perdere algo o no...como estas casado y con familia se asume el estado perfecto. Reinvindico la imperfeccion en todos los estados. Que pa eso somos humanos.

Sandra Sánchez dijo...

bg, me parece muy acertado lo que dices...es cierto parece que en cuanto se tienen hijos ya sobra plantearse nada...(yo no tengo, no hablo por experiencia simplemente por lo queveo)pero es que creo que muchas veces la gente Standar le da como cierto reparo reconoer ciertas cosas...creo que eres muy valiente opinando así..en fin
saludos.

Anónimo dijo...

Se me ocurre otros estado genial, el de "prejubilada de buen ver con hijos felizmente emancipados". A lo mejor no me quedan tantos años para lograr un poquito de soledad de la buena... por lo menos hasta que empicen a dejarme los nietos.
Más besos.

Anónimo dijo...

¡Huy, qué bien! Me encanta que converséis a través del blog. Muchas gracias a todas.
Comparto todas las opiniones: no solemos estar contentos con lo que tenemos, siempre nos parece imperfecto. Y, en realidad, lo es. Pero si queremos ser mínimamente felices no queda otra que aceptar la realidad y tratar de disfrutarla.
Prejubilada de buen ver...Cuqui, ya verás que no te queda tanto para eso. Ya me contarás.
Gracias, chicas, y un besote enorme.

Sandra Sánchez dijo...

jajaja Cuqui qué gracia tienes...jajaj..lo que pasa que para eso tendríamos que ponernos unos años más encima (uf yo casi otros 30...)quita quita...que después empieza el reuma, la osteoporosis,los colesteroles...uyyyy que no que no jajja...
Saludos a tod@s..

Mónica Rebolledo Sagredo dijo...

hermoso post, creo que el estado perfecto es el que nos hace feliz, si es sola, con hijos o acompañada da lo mismo,lo importante es que haya sido una opción que nos haga sentir plenos.
Un abrazo (aunque la opcion de soltera con piso propio y novio fugaz, está bastante atractiva)

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, Leo, creo que te has salido.
Te contesto por sentirme aludida. Por soltera, por nulípara, por ejercer de doctora y querer aproximarte al diagnóstico, por ser como tú, una ferviente y poderosa amante de la soledad.
Rebusco entre las horas de mis días un ratito con esa amante. Le reservo horas de vigilia para contemplarla matando las agujas del tiempo. La admiro y remiro mientras en mi vida pasan hechos, personajes y emociones cual transeuntes por una calle. La abrazo, la acaricio, la anhelo y, a veces, incluso la detesto por querer quedarse demasiado. Sí, soledad, musa apátrida de la inspiración.
Te acompaño en ella, sin invadirte, sin alterarte, porque sobre todo, no hay cosa más bella, que dibujar puentes comunicantes entre islas desiertas llenas de amistad. Compartamos, Leo, compartamos.
Un abrazo inmenso

Anónimo dijo...

No tengo que decirte -porque lo sabes bien-, que si te hace feliz y te sientes agusto, esa es la elcción, aunque a los demás les parezca loco, penoso o el adjetivo que elija... los que necesitan un diván son ellos, no tú... Yo, auqnue vivo en una casa llena de gente, adoro esos momentos en los que me quedo sola y tooooda la casa es para mi, para ese silencio que tanto necesito, sea para leer, escribir, pensar o solo mirarme el ombligo...

Un beso inmenso, Maga de las Palabras ;)

Anónimo dijo...

Gracias a todas, chicas.
Así da gusto, de verdad.
Os agradezco un montón vuestras visitas, los ánimos, etc.
Imagino que con taaaanta gente "alrededor" mi querida soledad se queda un poco desvaída.
Un abrazo cósmico

Sandra Sánchez dijo...

Veo que hay mucha gente que tiene a Sole por amiga...eh?
Pues saludos a todas, este post ha estado superbien...

Anónimo dijo...

Leo,de verdad crees que estas viviendo tu realidad?creo que no es verdad que quieras tu soledad,creo que te refugias en ella,creo que has buscado y no has encontrado ahi fuera lo que necesitabas,creo que te gustaria que pasara algo....me atrevo a dar esta opinión,tan rapida que puede rallar la estupidez.Disfrutala si se ha implantado libremente

Anónimo dijo...

Gracias por expresar tu opinión, perdida. Y sí, creo que estoy viviendo mi realidad con toda la sencillez y la intensidad que puedo. Es cierto que he buscado fuera y no he encontrado; es cierto que me gustaría que me pasaran muuuuchas cosas. Pero también siento como cierto que es dentro donde tengo que buscar y encontrar antes que nada; que si lo de fuera no me satisfizo ni me hizo feliz, es porque lo de dentro no acompañaba. O porque sencillamente, estaba buscando en el lugar equivocado.
A veces las circunstancias te abocan a la soledad y una las maldice por conducirte a eso. Pero con el paso del tiempo, una vez que una adquiere perspectiva, comienza a sentir la duda: ¿y si es este el lugar al que tenía que llegar para encontrar lo que me falta? Mi truco es escucharme: y si, como ahora, mi corazón palpita tranquilo y sereno, feliz. Si no siento frustración ni descontento, sino el nerviosismo de hallarme frente a un reto, la ilusión. Si entro en mi casa vacía y siento una oleada de calidez, como ahora, puedo concluir que mi soledad tal vez no se halla implantado libremente, pero sí, ahora me ayuda a ser libre.
Menudo rollo te he soltado. Espero no haberte disuadido ante próximas intervenciones.
Bienvenida y gracias.