¿Me perdonas? Creo mis teorías, en todos los sentidos. Primero las saco de mi mente. Luego las estudio. Después las aprendo. Al final me las creo. Te las digo. Las escribo. Te hago reír. Según Platón, alguien me las puso ahí, en la cabeza, hace ya un montón de siglos. La memoria secreta de los genes. Pero él no fue, que lo sé yo. El diablo lo confunda. Prefiero a Demócrito y sus átomos de formas extraordinarias, formas que encajan en tus ojos al mirarme. Bañarme en el río siempre nuevo de tus manos. Prefiero a Aristóteles, ya en el a C. marcando la pauta de la narrativa que se cree posmoderna y gafapasta. Prefiero el dulzor amargo de la cicuta antes que recordar algunos nombres, que contestar llamados desde el fondo de los pozos de la conveniencia, antes que recurrir al sofisma para salvarme.
¿Podrás perdonarme que renunciara a Wittgenstein, a Ortega, para selectividad? ¿Que nunca llegara al final de libro? ¿Podrás perdonarme que mi loca memoria se haya olvidado de críticar la razón pura y esta noche sólo entienda de la mística, la perdición, de la sublime mentira de los besos?
18 comentarios:
Creo sin duda que estas perdonada.
Preciosa entrada, LEO.
Besos desde el aire
Creo que eso es muy fácil de perdonar.
Un beso
jajajaja pero vamos a ver, tu a quien pides perdón?, un besazo
Completamente perdonada. Por esa razón, todo.
¿Mentira de los besos? Pero si los besos son la belleza
Qué entrada más bonita Leo...es siempre un placer para mí, llegar a tu blog y leerte.
;)
Como no te perdone, le estiro de los aristóteles...
Besicos
Toda la filosofía en un verso.
Toda la filosofía en un beso.
Toda la razón pura devuelta a la caverna, y la caverna clausurada con un sorbo de cicuta. Con un beso.
Mejor que creerse las paranoias de un tío que vivió hace mil años, es creerse las propias, está claro! De hecho, Aristóteles es recordado porque tenía fé ciega en sí mismo. Si no, de qué... :P
Besitos!
Tiene que perdonarte, claro, tiene que perdonarte porque la mejor filosofía, la única que sirve es la que uno intuye, olvidando el final de los libros y los grandes documentos, la que uno intuye mientras vive. Con los otros.
Fuera hermetismos.
Saludos, bonito texto.
Yo me disculpo así constantemente. No espero que te perdonen, sino que te entiendan. Te lo deseo de corazón. Gracias, Leo.
Leo leo, tu sigue, que no hay nada que perdonar.
besos de findesemana.
Cada cosa tiene su tiempo, eso está claro, y hay noches para eso y nada más. No sólo estás perdonada, es que no hay nada que perdonar.
Quién podría resistirse a no perdonarte? si es que aunque esté Platón y Ortega por el medio, tu escrito hasta me parece tierno y lo es.
un biquiño, Leo
Cómo perdonarte que no terminaras a Wittgenstein, con lo sencillito que es el hombre y su lenguaje.
Pero sí te perdono que te pierdas en la sublime mentira de los besos. Eso sí. Mi romántica amiga.
Rosa, Añil, Isabel, Raquel, Oulga, Belén, Miguel de Esponera, Cris, Amparo, Maritornes, Blau, Miguel Baquero, Isa, Carmen: Gracias por venir.
:-))
Prefiero la buena poesía a la razón pura. Mil veces. Besos
Me he quedado prendada del último párrafo. He de irme ya. Mierda.
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