miércoles, 27 de junio de 2007

NOTICIAS DE OTRAS GALAXIAS

yo, de pequeña, quise ser gimnasta.
aún me gustaría poder hacer algún que otro equilibrio, pasear con mis empeines perfectamente estirados por barras imposibles, como si no tuviese peso, como si la gravedad no tuviera ningún poder sobre mí.
adiviné, quizá mostrando en un chispazo cierta clarividencia, que llegaría un momento en el que no querría crecer. quería entonces mantener mi cuerpo menudo y fibroso, escueto, como los de esas pequeñas atletas. quería poder saltar, hacer mortales hacia atrás y hacia adelante, con mi pelo rebelde sometido a la disciplina de la coleta y las horquillas. era solo un sueño. no pudo ser. incluso entonces llegué tarde.
ese reloj especial que se pone en marcha con la cadencia de nuestros empeños y que a veces, sí, se detiene. marca la hora de dejar de esperar. de saber mirar la vida a los ojos y no perderse. no perderse.
se acabaron los tiempos de los sueños locos, a no ser que se ingrese en la orden de la santa locura irremediable. se acabaron los tiempos de sentir solo por el gusto de sentir, por hacer uso del músculo cardíaco, sin temer los infartos del desafecto. se acabaron los tiempos de la comunicación, cuando los problemas de los amigos se confundían de veras con los propios y éramos capaces de la mayor generosidad, de escuchar horas y horas. porque disponíamos de esas horas y horas. los tiempos de la amistad y la inocencia. los tiempos de adolecer de todo y andar sobrados de fuerza, sin embargo.
todo eso tuvo que morirse un día, mucho tiempo atrás. sólo es que ahora recibe este planeta la noticia. a años luz de la desilusión, aunque hace tiempo ya que lo intuía. aunque ya estoy alicatada en el presente, instalada en la inestabilidad del realismo. feliz, sí, hasta cierto punto. hoy al fin lo sé.
Ya nunca seré gimnasta.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Y es verdad… cuántas ilusiones nos dejamos por el camino, las que nosotros mismos nos negamos rendidos a la evidencia (yo quería ser bailarina de ballet) y las que la vida, las circunstancias o los demás nos niegan. Supongo que lo hermoso es haber tenido ilusiones, sueños, haber sentido, haber amado, haber llorado … preguntémonos qué ilusiones o sueños tenemos ahora, qué sentimientos, qué pasiones, disfrutemos de ellos porque seguro que a la vuelta de unos años también los recordaremos con nostalgia.

Un ejemplo de cómo evoluciona el mundo, mi hija Clara, siempre tan práctica, desde pequeña ha dicho que de mayor quería ser jefa, ahora ha cambiado de opinión, de mayor quiere ser jubilada. Es muy probable que su sueño actual se cumpla pero, la verdad, para ilusiones las de antes.
Leo, muchos besos.

Anónimo dijo...

Es verdad que ahora somos más "realistas", que la vida no es tan bella, ni nosotras quizá tan alegres, confiadas e "invencibles".
Es verdad que muchos anhelos no los lograremos nunca y otros no los hemos logrado aun... Pero no creo que los sueños se nos hayan acabado, ni espero que se nos acaben nunca, ni tampoco la capacidad de sentir y amar hasta la locura, ni es cierto que no seamos (ni menos tu) capaces de escuchar a los amigos aunque ya no puede ser durante horas, como antes. Y la fuerza, se saca. Sale cuando tiene que salir.
No digas a años luz de la desilusion, sino a años luz de las desilusiones.
Y a velocidad de crucero insterestelar a nuestra próxima meta. El universo sigue siendo infinito, las posibilidades siguen siendo infinitas, la belleza sigue siendo infinita y solo hay que volver a mirar más allá. Y sonreir.
Veeenga animo y ve pensando que hacemos esta noche.

Sandra Sánchez dijo...

La verdad es ésa: que a medida que cumplimos años vamos dejando ilusiones en el camino. Nos aferramos al premio de consolación de que tenemos más experiencia...pero es cierto, hay cosas que ya nunca haremos, que ya nunca seremos, quizás simplemente la verdad es que hacemos y somos lo que nuestra existencia nos ha permitido o para la que hemos nacido...no sé...
Pero también creo que nuestras ilusiones van evolucionando con nosotros, quizás no sean tan alocadas, pero no dejan de ser ilusiones ¿no?...
Saluodos.

Anónimo dijo...

Lo malo de las ilusiones y los deseos es cuando se cumplen, que dejan de ser ilusiones y deseos. la utopía es muy alentadora a fin de cuentas ...

bicos!

Sir John More dijo...

Bueno, comento esta entrada aunque realmente me gustaría comentar todas las que he leído. Y no porque yo tenga mucho que decir, y menos nuevo, sino porque para mí también es una agradable sorpresa encontrar este cuaderno de páginas tan... limpias. Ha sido una delicia leer muchos de tus párrafos, y ¿me perdonas si te digo que ha sido incluso muy divertido? No he podido evitar reír en algunos pasajes, reír por tus curiosas e interesantes ocurrencias. Me gusta como escribes. Sé que mis elogios no tienen el mismo valor que ganar el Nobel de literatura, pero bueno, me gustaría darte ánimos en ese sentido. Sobre la vida, sobre el tiempo, uf... Mejor seguimos leyéndonos.

Gracias y un beso.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias a tod@s:

Cuqui: Qué mente preclara (nunca mejor dicho) la de tu hija. Supongo que el día que no tengamos ilusiones estaremos muertos, pero a veces, no se puede evitar la nostalgia... Un besote graaaande. ¡¡A ver si conseguimos vernos!!

Bego: No sé qué decirte que no sepas ya. Repararé la maquinaria para alcanzar de nuevo la velocidad de hiperespacio. Yo qué sé... Besotesssssss.

Pulga: Jooo, nunca se me había ocurrido que la experiencia fuera el premio de consolación... Así visto, no sé si cortarme las venas o dejármelas largas. Jejejeje. Un abrazo.

Wilde: Ay, madre, la utopía. Ande andará? Si ya cuestan las ilusiones, las utopías... no me digas ya más nada! Y, no sé a tí, pero a mí las que me joden (perdón, pero esa es la palabra) son las ilusiones que no se han cumplido. Besos.

Sir John More: Bienvenido! Gracias por tus palabras. Me animan mucho, con un efecto bastante parecido al Nobel (aunque sin la euforia por la pasta :)Me alegro de que te hayas reído. No sé si lo habrás hecho con las cosas que pretendían ser humorísticas, pero me alegro de todas formas. Besos.

Anónimo dijo...

El estío es, sin duda, un gran peligro. El estío de la vida, cuando la abundancia, por exceso, se pierde. Esa abundancia que con su inmoderada energía empujó para adelante la primavera. Entristece tanta pérdida, apuñala por la espalda pero sólo vagamente. La luz diáfana de principios de otoño mostrará la verdad, lo acertado de haber rechazado y elegido, nos dirá su hemos vivido suficiente como para entrar en un invierno al que de todos modos no vamos a sobrevivir.
En fin...

Azul... dijo...

Chiquita, quizás es que lo tuve que qprender a fuerza de muchos tortazos -demasiadísimos-, pero ahora ya no cuento lo que perdí, cuento lo que tengo, lo que me llena, las cosas tras las cuales aún puedo ir, disfrutando sobre todo el viaje... la esencia de aquellas niñas que fuimos ha sido la masa de las mujeres estupendísimas que somos hoy!!!

¿Te cuento que yo también soñaba con ser gimnasta???? =o)

Besototes para mi Maga bella!!!

Sandra Sánchez dijo...

Sí bueno quería decir que la experciencia por supuesto está muy bien (no es que sea premio de consolación en sí) pero que ya que no vamos a llegar a realizar otras cosas que se nos quedarán por el camino...pues eso, que por lo menos adquirimos experciencia que también está muy bien.
Creo que no me he expresado demasiado bien, lo siento.
Saludos.

Anónimo dijo...

Muchas gracias a todas!
Beatriz: Bienvenida! Es verdad que la abundancia a menudo nos hace perder. Por otro lado, yo lo que quiero es que llegue ya el otoño, pero el "atmosférico", que el calor me come la energía. Muchas gracias. Un abrazo.

Azul: estoy contigo. Todas esas cosas nos han hecho quienes somos. Pero es que hay días que... ¿Tú también gimnasta? Cuántas cosas en común. Qué bueno. Muchas gracias y un besote.

Pulga: Si estoy de acuerdo en que la experiencia es fundamental Yo siempre digo que sí que me gustaría tener diez años menos, pero sabiendo lo que sé ahora. Lo de antes te lo decía un poco de broma. Muchas gracias, guapa. Un Besote.