miércoles, 25 de marzo de 2009

DEFORMIDADES

(A C. por su reciente fractura, aunque no creo que lo lea.)
A menudo una fractura ósea produce una deformidad manifiesta en el miembro afectado. Esta deformidad es mayor o menor en función del mayor o menor desplazamiento de los fragmentos. Al principio, después de la inmovilización o de la cirugía, la zona presenta a menudo un aspecto terrible: hinchada, con una angulación variable, la piel roja, brillante, macilenta. Por no hablar de las cicatrices. Muchos pacientes preguntan si eso se les va a quedar así. Si su brazo, o su pierna quedarán con ese aspecto, tan maltrechos, para siempre. Si seguirá doliendo. Para siempre. Yo les suelo decir lo mismo: que están en lo peor, que hay que tener paciencia. Que llegará el momento en que dejará de doler. Y que un día, pasado el tiempo, de repente se mirarán la zona donde tuvieron la fractura, la compararán con la otra y verán que no hay gran diferencia. Y se darán cuenta de que ya han olvidado siquiera cómo dolía.

Al principio me dolía respirar como si el aire estuviera hecho de arena. Después de que él se fuera, mis piernas iban buscando sentarse en todos los bancos de todas las calles, se dejaban olvidados los músculos en cada paso. Y sentía el corazón claramente deforme: mil fragmentos desplazados a años luz unos de otros, formando una constelación de llanto, exangüe, ingrávida, extendida por dentro de mi pecho, en las sábanas, en el espejo, y hasta en la suela de los zapatos.

Pero de repente me he dado cuenta: ya no duele. Sigue ahí, debajo de las costillas. Es uno solo, robusto, sano. Ha empezado a latir tan fuerte que se me escapa la risa por debajo de las uñas. He palpado con cuidado, me he tomado el pulso. He comprobado, efectivamente, que no hay gran diferencia. Sigue siendo el de antes, el mío. Sólo necesitaba tiempo, amor (y unas cañitas). Y cuando las circunstancias lo requieren, se vuelve igual de loco. Cualquiera diría que se ha olvidado incluso de cómo dolía.

18 comentarios:

Sir John More dijo...

Y quién sabe si algún día abjuras de lo que ahora anhelas, si no imaginas a ese corazón mas que saltando libre por encima de las lindes y las promesas...

Buenas cañitas las de Madrid, sanadoras.

Besos.

rubén dijo...

...y pronto volverá a las andadas, sin duda. Hasta el siguiente descalabro.

Belén dijo...

Me alegro mucho, ya solo necesitas potenciarlo y a correr ;)

Besicos

Elvira dijo...

¡Estás viva! Eso siempre hay que celebrarlo. Besos

Anónimo dijo...

Yo en mis rodillas exhibo varias cicatrices apenas visibles. Vivir es eso: caer y levantarse (en ese orden, no al revés). Beso con cariño.

Amparo dijo...

La memoria es una gran embaucadora.

saludos

carmen dijo...

Tu entrada me recuerda a algo que leí: "Queda prohibido llorar sin aprender, tener miedo a los recuerdos..." Cuánto cuestan las fracturas, y que pequeñas se vuelven cuando las observas a distancia.
Bessssos

Fer dijo...

Se aprenden cosillas, no? Estupendo que hayas llegado al después, que siempre está. ¡¡¡ Y sin cerrar los ojos, por favor, que hay mucho por ver!!!

Besos primaverales, con polen, estornudos y color.

leo dijo...

Sir John: Buenas esas cañitas, sí. A ver si te dejas caer por aquí para beneficiarte de sus efectos. :-)

Rubén: Pues supongo que sí, la vida sigue, ¿no?

Belén: Qué bien lo sabes :-))

Elvira: Es primavera, la vida se abre camino.

Ana: Cómo me alegro de verte por aquí. Caer y levantarse, ¿qué otra cosa podemos hacer? perfeccionar la técnica en ambas especialidades para no herirnos demasiado. Y dejar que nos curen las heridas.

Amparo. ¡Y tanto! Pero menos mal, si no creo que el miedo nos paralizaría.

Carmen: El bendito tiempo, la bendita distancia. Menos mal...

Ref: ¿Tú también estás ya con alergia? Ánimo. Nunca cerrar los ojos, no y menos ahora que todo reverdece.

Mil gracias a todos y mil besos para que os los repartáis como queráis.

Blau dijo...

Leooo, que bonita entrada, me alegro que la primavera te abrace.

Besos

Araceli Merino dijo...

Afortunadamente despues de la lluvia salió el sol. Un bello mensaje de esperanza!

valerio dijo...

En mi primera rotura de corazón adolescente el cardiólogo-colega de turno me dijo que no podía hacer nada y me recetó mil consuelos como anágesico para los dolores, mi madre, la misma medicina de siempre "sana, sana culito de rana... si no sana hoy sanará mañana"... (y aquí estamos todavía)
Enhorabuena reconozcamos que está genial comenzar la temporada primavera-verano con el motor nuevo... hazle muchos, muchos km)

Izel dijo...

Genial Leo!! Es siempre un placer leerte...
Las cicatrices son las huellas de la vida pasando a través de nosotros...

leo dijo...

Blau: Graciñas, guapa. Un besote.

Araceli: Es de lo poco que nos queda, la esperanza, en estos tiempos. Gracias y un saludín.

Valerio: Me ha gustado lo del motor nuevo, aunque ando un poco cabreada por unos difusores no demasiado competitivos que me tienen perdiendo décimas...

Izel: Qué cierto. No me gustan las pieles impolutas. Las cicatrices cuentan historias.

dintel dijo...

;)

luis dijo...

Leo, me dejas pasmado. Un saludo.

luis dijo...

Leo, me dejas pasmado. Un saludo.

luis dijo...

Hola Leo, qué tal? Vaya, acabo de ver que dejé mi comentario por duplicado... He utilizado este textito tuyo para una entrada en mi blog. Te dejo el enlace. Un saludo.

http://vidaytiemposdeljuezroybean.blogspot.com/2008/12/vocabulario-fundamental-olvido.html