miércoles, 9 de septiembre de 2009

09.09.09

Una preciosa rubia en Asturias. Foto cortesía de mi hermano.
Llevo una marca en mis cuartos traseros. A mí me resulta imposible leerla. No me alcanzo. Lo he intentado mil veces. Le pedi a un maestro zen que la leyera y me dijo que era inútil, que no me respondería a ninguna pregunta, que yo no era ese hierro. Que no existíamos, en realidad. Ni el hierro ni yo. Se lo pedí a alguien a quien amé y me dijo lo que le dio la gana: el primer día, que todo lo que ponía era bello y le gustaba. El último, que eran defectos camuflados. Invenciones. Mentía y no mentía, ahora lo intuyo. Se lo pedí a mi mejor amiga y no pudo ocultar un pudor extraño. No lo entiendo bien, me dijo. Deberías verlo por ti misma. Mi madre me abrazó cuando le rogué que me explicara en qué consistía mi marca. Mi niña, repetía, mientras me atronaba con sus besos de metralleta.
Nunca he sabido interpretar si tanta renuencia es algo bueno o algo malo. Supongo que las señales de la piel están puestas ahí para que no podamos verlas, para que los demás piensen lo que quieran. Y que no cambian nada. Que hay que mirar hacia fuera y sentir hacia dentro.
Por eso doy la cara cuando me hacen fotos. Miro a la gente mientras dispara, pero soy yo quien los atrapa en la retina.

17 comentarios:

Amparo dijo...

Con dos espejos puedes verla.
El tema es que a lo mejor ves algo distinto que los demás, por el plano.
Me gustaría ser esa vaca que asoma, ahora mismo, a las puertas del otoño.

Saludos

Erinia dijo...

Claro que hay que mirar hacia fuera y sentir hacia adentro... pero sentir hacia adentro a veces... hace tanto daño...

Por cierto, te dejo un premio en mi blog, pásate cuando quieras/puedas.

Pilar en Córdoba dijo...

"hay que mirar hacia fuera y sentir hacia dentro. Por eso doy la cara cuando me hacen fotos."

mis dos vacas (jardinera y florentina) también miran de frente. yo creo que son conscientes de su poderío y se permiten esa arrogancia no muy común en el resto de animales...

es un buen ejemplo que seguir, que hay que mirar de frente¡¡¡, a lo bueno y a lo menos bueno :)

saludos.

Belén dijo...

Marcas del lado oscuro?

Lo dudo...

Besicos

leo dijo...

Amparo: A mí también me gustaría ser ella y pacer tranquila en ese lugar, ajena a todo... Mmmmmmmuuuuuuuuuuu.

Erinia: Gracias por tu premio. Soy un poco siesa para eso, lo siento, pero agradezco mucho que hayas pensado en mí. Un besote.

Pilar: ¿Tienes dos vacas? ¡hala! Son unos animales preciosos. Si miráramos las cosas más de frente nos iría mucho mejor. Un beso.

Belén: Bueno, ¿quién sabe? Todos tenemos nuestra pezuña. Besosssss.

dintel dijo...

Hermosa gran metáfora.

Blau dijo...

Leo leooo, mirar al frente, mirar hacia fuera, siempre.

Un beso

Antonio Senciales dijo...

Observo con placer que sigues siendo tan visitada como siempre.

Leyendo tu historia me reafirmo en que me gusta la gente que da la cara.

En literatura creativa el personaje de la vaca continúa inspirando a los amantes de la escritura: recuerdo haber leído cómo Monterroso en su microrrelato ‘La vaca’ nos deleita con los chorritos de espumeante leche tibia de su vaca particular; a Sergi Pàmies en su cuento ‘La próxima estación’, haciéndonos sonreír y conmovernos con la visión del hombre que abraza emocionado a ’su’ vaca en su último día de trabajador activo desde su puesto de maquinista ferroviario; a la vaca de Malinowski que daba patadas a un tren.

Y tu simpática vaca que prefiere dar la cara…

Cuatro versiones diferentes sobre un mismo personaje que nos es muy familiar.

Felicidades por tu imaginación y vena creativa que me parece inagotable.

Te visito de muy tarde en tarde, pero cada vez que lo hago me prometo hacerlo en adelante más a menudo. Lo conseguiré, estoy seguro.

Besos.

Antonio Senciales dijo...

Gracias por la música de Sabina.
Enhorabuena.
Antonio S.

Elvira dijo...

¡Qué guapa la rubia! :-)

Hay cosas que las tenemos marcadas a hierro candente en los cuartos traseros, vaya que sí.

Mirar de frente, siempre. Un beso

Anónimo dijo...

Un beso de frente y por dentro, hermosa.

leo dijo...

Antonio: Siempre es un gusto oír a Sabina, ¿verdad? Un saludo y gracias por venir.

Elvira: ¿A que es preciosísisisima? Un besote.

Ana: Otro para ti. Siempre es un gusto verte por aquí.

Josefa dijo...

Mirar hacia dentro para corregirte.
Hacia fuera para ver lo maravillosa que es la gente.
¿He dicho una chorrada?
Un beso.

leo dijo...

Josefa: Ninguna chorrada: una verdad como la copa de un pino. Y expresada con una sencillez admirable. Un beso grande.

Raquel dijo...

Cómo una dedicatoria lo cambia todo... Muy bueno.

carmen dijo...

Qué bonito, Leo. Ma gusta la marca que no ves pero intuyes.
Besote, artista

arandanilla dijo...

Me quedo con la última frase del post, me parece cojonuda, y perdón inmenso por la expresión.Saludos desde un día luminoso que se va a despedir para dar paso a algo de lluvia, o eso dicen.