De repente la rueda se detuvo. Este animal se ha cansado de los juegos. Este animal respira. De repente la rueda se detuvo en el ahora. Ya no es ningún ratón, ni vive en el subsuelo. Ni un gorrión funambulista en búsqueda de cables de alta tensión donde hacerse un nido.
Este animal se despereza, es un gato que ha perdido el apetito por la caza. Vive. Vive en las pérdidas que abren nuevas puertas. En los reencuentros. Este animal no reniega de quien es. Siente de nuevo el pulso implacable de su sangre. Este animal de paso está empeñado en este mismo, pequeño, diminuto instante. En el ahora contigo, consigo.
Es un gato en son de paz que se tumba al sol en tu regazo.
13 comentarios:
Mi visión de la felicidad incluye un sofá debajo y un gato encima... Al menos en invierno... ;)
Besitos.
Pues sí, merece mucho la pena pararse un rato a descansar y a dedicarse simplemente a vivir.
;)
(geniales los Beatles forever)
Leo, me encantan los gatos pero a fuerza de verlos tanto (mi vecina tiene veintitantos.... ) como que... enfín, ¡los sobrellevo lo mejor que puedo!
Besotes
Merce
Un gatito que se sienta en un regazo... la verdad es que es una muy biuena imagen...
Besicos
Me encanta cuando el gato de mi amiga O. se sienta en mi regazo. No hace falta nada más. :-)
Un beso (me encanta leerte con los Beatles de fondo... solo falta el gato en el regazo)
Por fin encontré a mi ídolo, tu gato. Déjamelo para sentarme por fin al sol en son de paz.
En casa siempre ha habido perros. Gatos no. Quizás por eso les tengo tanto respeto.
Me encanta leer tus escritos.
besos con todo mi cariño.
Precioso y único ese sentir.
Gracias a todas por vuestras visitas y comentarios. Ando liadísima estos días y por eso no me detengo una por una. Espero que me disculpéis. MIl gracias, de verdad. Y otros tantos besos.
Leo leooo, los gatos y yo, yo y los gatos...ummmm mejor te dejo un besito :-)
Y a disfrutar de ese sosiego al sol, de ese instante. gatuno.
Besos.
Jesús.
Blau, ¿no me digas que no te gustan los gatos?
Jesús: Sí, el sol... Miau.
Besos a los dos.
Todo lo que sean gatos, me apunto.
Aunque sea un relato inquietante.
Chao
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