martes, 23 de agosto de 2011

PATIO

Uno de mis vecinos se fue de vacaciones y dejó la radio puesta, bien alta, día y noche, para que la oyeran los presuntos ladrones, para disuadirlos de entrar. Y dejó la ventana abierta. Quizá para disuadirnos de dormir, ya que la vida es corta, a los pocos que hemos quedado en Madrid este mes de agosto.

Mi vecina de arriba regresó de vacaciones la semana pasada. Llegó tarde del viaje, a eso de la una y media de la mañana. Abrió las ventanas para ventilar, me imagino, y organizó en voz bien alta sus asuntos con su hijo, que debía de estar al otro lado de la casa.

También se han quedado los estudiantes del cuarto. Se reunen los viernes y los sábados, a veces. Son buenos chicos: no ponen música. Solo hablan, y ríen sin cuidado, sin hora de cierre, y fuman cigarrillos, que más tarde serán colillas, que se les caerán de los dedos y terminarán en el patio al que da mi dormitorio, a ras de suelo. Ambos: las colillas, mi dormitorio.

Esta mañana, a las 7.41, mi vecina del tercero D, médica de profesión, me despertó al arrojar al patio, en tres tandas, tres aldabonazos, el agua del barreño donde acababa de lavar (imagino) los sujetadores que estaba tendiendo cuando me asomé, sobresaltada, legañosa, para ver qué pasaba. Por un momento creí que había empezado el diluvio universal. Os lo juro que lo creí. Os lo juro: sentí alivio, algo parecido a la esperanza.


Me pregunto cuáles serán mis costumbres molestas. Cuál es el límite de la tolerancia, cuál el del respeto. Si hay algún lugar donde huir de esto. Por qué no hay ningún banco de paciencia.


11 comentarios:

Rosa dijo...

Qué agustito estoy en mi casa, con mi mini patio y todo pa mi sola...No echo de menos nada, nada vivir en un piso en la ciudad. Pobrecita Leo.

Besos desde el aire

Isabel dijo...

Total: que estás deseando que llegue el invierno, ¿no?

Veo que cada vez son menos los que no nos vamos de vacaciones.

Un beso.

Elvira dijo...

¡Qué molestas costumbres! Yo no sé si me engaño, pero me parece que tener un poco de cuidado con esas cosas no cuesta mucho. Y das calidad de vida a tus vecinos, caramba!

Besos comprensivos

Blau dijo...

Leo leooo, pero que tikismikis jajaja te voy a llamar para cuadrar!

Besos.

La Rata Paleolítica dijo...

Desde luego que ese tipo de personas que van a lo suyo, exclusivamente a lo suyo, y nada más que a lo suyo, en una comunidad de vecinos acaban convirtiéndose en un auténtico dolor de muelas. No acaban de entender que en el mundo hay más personas a parte de ellos, incluso más seres vivos. Las "cosas" que les rodean son exclusivamente para su uso y abuso. El respeto por los demás no tiene cabida en su forma de actuar, y suelen entenderlo y exigirlo en sentido único, siempre hacia ellos, nunca de ellos. Y si uno tolera dos cubos, probablemente al día siguiente le caigan cuatro.
Uno puede acabar con los nervios desquiciados, y al final acabar cayendo en lo mismo:
El humo sube; Una pequeña hoguerita de hojas verdes puede llegar a hacer mucho humo; El de la radio lo olerá, la de los sujetadores acabará con ellos renegridos, etc.
Uno descubre que la paciencia y el aguante y la tolerancia acaba teniendo un límite.
Besos solidarios leo.

Jesús.

dintel dijo...

Bueno, creo que ese es un mal al que estamos todos sujetos. Te cambio aldabonazos de agua por olor a jalapeños y cochinitas pibil. Ah!, también tengo señora con tacones desde primera hora de la mañana durante todo el día. Esta te la cambio por dos, para ser justa.

Amparo dijo...

¿Una doctora lavándose la ropa interior?, curiosa manía esta, la de lavarse por la noche la ropa interior, a la que nos instaban nuestras madres. Supongo que por no dejar rastro.
Sólo con la primera historia, la radio a todo volumen, tendrías para un buen cuento.
Mis vecinos se fueron dejando un foco encendido que señalaba a nuestras habitaciones, como si estuviéramos en un campo de fútbol.

Verano y paciencia.
Muy buen texto.

Belén dijo...

A mi casa vienen unos ruidos que no sé de dónde, pero algún vecino mío ha decidido aprovechar este mes de agosto para comenzar unas obras, me callo porque hasta hace poco las tenía yo... Mi vecina de abajo, rumana, hace unos platos buenísimos, algún día le robo desde mi comedor, con un palo de escoba, le robo los platos, que huelen de maravilla...

Tengo unos vecinos muy guays, por ahora...

Besicos

Lispector dijo...

Quizá sea buena idea hacer un tirachinas y atacar sus sujetadores por abusadora.Bsos.

isobel dijo...

mientras solo sean los vecinos... no vamos mal, un beso preciosura

leo dijo...

Aunque lo intuía (una está hecha una aguililla) veo por vuestros comentarios que es un mal común. No queda más remedio que convivir y ser tolerante. Y comprarse tapones para los oídos, según parece.
Gracias a todos!
Besos.