domingo, 11 de febrero de 2007

ENTRE LA BRUMA


Hoy me he levantado en medio de la bruma. Como si mi propia atmósfera se hubiera desplomado a mi alrededor. Me ha costado abrir los ojos, pues cada vez que los abría, no veía sino los contornos indefinidos de mi propia vida. Los muebles desdibujados, el espejo empañado de dudas, el aire empeñado en recordarme las cosas que no soy y siempre quise ser.
Y me viene a la cabeza una frase de Coelho: “Cuántas cosas perdemos por miedo a perder”
Y se me ocurre que, si dedicáramos a “hacer” tanta energía como invertimos en racionalizar la decisión de no hacer, ya estaríamos tocando nuestros sueños con la punta de los dedos.
Tiene que existir alguna fórmula que desentrañe los subterfugios del miedo. Esa serpiente que se cuela por debajo de la puerta disfrazada de mil maneras: de falta de tiempo, de pereza, de indecisión, de mil actividades huecas, de conveniencias, de realismo maniqueo...Alguien afirmó que ya sabemos todo lo que necesitamos saber, que solo nos hace falta recordarlo. Animada por esto, me pongo a revisar mi disco duro. En alguna parte tiene que estar la solución al acertijo. Os avisaré si la encuentro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta la frase de Coelho y el párrafo siguiente. Con tu permiso, me los voy a apuntar para llevarlo cerquita cada día. Es algo que sé, comprendo, creo y comparto, pero ¡se me olvida tantas veces a lo largo de la vida...! Es complicado pasar a menudo de la luz a las tinieblas, y vice versa, sobre todo en algunas épocas en las que las tinieblas nos parecen especialmente agobiantes y crueles. Pero yo cada día estoy más convencida de que eso añade mucho sabor a la vida. Las cosas se hacen más atractivas cuando sus contornos se van definiendo poco a poco, cuando vas acercando la mano con inusitada timidez, hasta que consigues un ligero roce que conmueve las emociones. Y entonces se abre, dentro de uno mismo, la puerta que da paso, en ambas direcciones, a la ilusión, el conocimiento, el cariño, la verdad y las ganas de vivir.

Anónimo dijo...

Gracias por comentar en mi blog. No comprendo por qué la idea de mi novela es "difícil"... ¿Si te dijera que es totalmente real, te parecería más fácil?

Te dejo mi e-mail por si quieres decirme algo más. Por mis circunstancias personales, no puedo explicarme en el blog, como quisiera...

Gracias.

Marga

marga220996@hotmail.com

http://margaylasletras.blog.com/

Anónimo dijo...

Gracias por venir¡¡¡
ES el reto de aclarar esa bruma el que nos mantiene al pie del cañón.
Gracias otra vez por las visitas.
Besos

Anónimo dijo...

Hola Leo, te regalo un poema de Borges que recito a viva voz cuando me levanto con la penumbra que tan bien descibes con tus bellas palabras. Me lo repito hasta hallar la certeza de que nunca serán escritas ni pensadas en primera persona. Muchos besos.

El remordimiento

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida, para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida no fue su joven voluntad. Mi mente se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado. La sombra de haber sido un desdichado.

Anónimo dijo...

Gracias por el poema¡
Compartimos a Angel González, a Borges...Quién sabe a cuánt@s más.
Un beso