lunes, 29 de noviembre de 2010

CICATRICES

Se me ocurrió después de leer a Belén. Y por la vida, claro.

Siempre me ha gustado tratar las cicatrices. Ver cómo evolucionaban con el paso de los días. Dedicarles tiempo. Ponerles un poco de crema, entretenerme en masajearlas, con ese zig-zag suave, con delicadeza. Con cariño. Al trabajarlas así se hacen más flexibles. Las células que forman las cicatrices son más frágiles, menos elásticas que el resto de tejidos. Carecen de folículos pilosos, de glándulas sebáceas, ni sudoríparas. Son células de urgencia, que acuden en tropel a llenar un hueco. Hay que ayudarlas a que se ordenen, a que se organicen, para que sean funcionales. Y aún así, a veces se engrosan demasiado, o son insuficientes. Su sensibilidad está abolida, a veces; otras, alterada. No estamos acostumbrados a las sensaciones que transmiten. A menudo dolorosas ante cualquier estímulo. No hay que olvidar que el dolor no es la enfermedad, sino la señal de alarma. Son especialmente susceptibles a la presión. Una cicatriz supone un punto débil dentro del manto de un tejido. Pueden romperse con mayor facilidad. Y son indelebles. A veces, porque duelan demasiado o porque no permitan el movimiento, puede llegar a ser preciso remodelarlas. De manera aséptica, romperlas para empezar de nuevo, que se rehagan, esta vez de manera sana. Requieren paciencia, tiempo, manos.
Hay muchos tipos de cicatrices.

Te lo digo para que no te preguntes más si te he olvidado.


16 comentarios:

Maritornes dijo...

Duele

Belén dijo...

Guapa, más que guapa... no sé si has leído mi contestación, pero te pedía un masajito de esos... de estos...

Poco a poco las células se hacen más fuertes, ya verás como si...

Besicos

labertolutxi dijo...

Y a veces inesperadamente se abren de nuevo.

Elvira dijo...

¡Qué bien lo dices, Leo! Es así. Besos

dintel dijo...

Ja, ja, ja, ja. Lo he encontrado genial.

añil dijo...

Hay cicatrices que son de por vida pero con un masajito de estos que dices seguro que dejan de molestar.

Un beso

isobel dijo...

muuuuuuuua, cura sana, culito de rana, si no se cura hoy, se curara mañana, :0)

Juan F. Plaza dijo...

Vaya, Leo, espero que nunca me llamen "cicatriz"... ¿o sí?
Abrazos

Sandra Sánchez dijo...

Sólo hay dos clases de cicatrices:
las que no nos importan aunque se vean, y las que nos importan aunque no se vean. Estas últimas son las que nos siguen doliendo toda la vida, incluso aunque no cambie el tiempo...

Genial. ;)

Blau dijo...

Leo leo, yo tengo una cicatriz en la pierna :-(

Besos congelados

leo dijo...

Mari: Mucho, sí.

Belén: Pues nada, ya sabes: Aquí están mis manos para cuando necesites. Mil gracias. :-) Un besote grande.

Claudia: Sí. Y es una faena.

Elvira: Gracias. Todos tenemos mucho que contar sobre cicatrices. Un besote.

Dintel: Me alegra. :-) Mil gracias.

Añil: Por suerte es cierto que dejan de doler, aunque sigan ahí. Gracias, un besote.

Isita: Graciaaaaaaaaaaaaaaaas. :-))) ¿No se me oye ronronear?

Woody: Bueno, a ti no, pero no dudes que alguna cicatriz habrás provocado a alguien por ahí; seguro que muy a tu pesar. Graciñas.

Pulgui: Las que no se ven suelen ser las peores, creo. Graciñas.

Blau: ¿Y cómo te la hiciste? Yo tengo una en una ceja, y me la hice saltando en la cama. :-) Besos con calefacción.

Raquel dijo...

Me encanta esta disección. Y tus manos contándola y trabajándola minuciosamente.

la cocina de frabisa dijo...

Bien, me ha gustado mucho el ritmo suave, calmo y reflexivo.

El final ha sido el tono de voz elevado con firmeza en un solo momento, apoteósico.

Es curioso, tu relato me recuerda a una pieza de música clásica de la que no recuerdo el nombre, pero es tal cual.

Muy bueno, Leo, me ha encantado.

De todas formas, con un presente tan esplendoroso o a lo mejor esplendoroso es el futuro, pero en cualquier caso, con tantas buenas vibraciones alrededor ¿para qué regodearse con algo malo que ya pasó?

biquiños, guapa

La Rata Paleolítica dijo...

Genial descripción de las cicatrices; Y además lo has hecho con una cierta gracia salerosa que le quita hierro al tema sin dejar de decir las cosas claras y hacer al final una curiosa descripción con un bonito ritmo.
Ay! como duelen a veces esas internas, sí.
Besos.

Jesús.

Filoabpuerto dijo...

Cicatrices, ya sabemos, todos tenemos; lo que cuenta es cómo las cuidamos...tú, parece que con bendita mano; algunos tan sólo les dedicamos un "lametazo" muy de tarde en tarde...

Genial, ¡ escritora !
Abrazos

Merce

leo dijo...

Raquel: Muchas gracias. Un besote.

Isabel: Ya no eres Frabi?? Me ha encantado lo de la música clásica. Jo. Un beso y graciñas.

Jesús: Duelen, sí. Y como no las vemos no sabemos muy bien a qué achacarlas. Un besote y gracias.

Merce: Los lametazos también sirven, son autocuidados de urgencia. :-) Mil gracias. Un beso.