miércoles, 28 de octubre de 2009

TRUCOS PARA OLVIDAR EL AMOR PERDIDO

El mago saca de la chistera su esperanza baldía. El público se mantiene en vilo, en silencio. Recita el sortilegio, le da un toque con la varita. Hay una pequeña explosión y, entre una nube de humo, la esperanza se convierte en un terrón de azúcar. La gente aplaude, fervorosa, incrédula. Echa hacia atrás la capa y con un movimiento limpio coloca el terrón en el interior de un vaso vacío. Ni que decir tiene que antes había mostrado el vaso a la audiencia, incluso había metido la mano dentro para comprobar que no había nada. Sólo un vaso transparente, de cristal, con el terrón de azúcar dentro. Se remanga bien, para que puedan verle las muñecas. Coge la jarra de agua que le tiende su ayudante y llena el vaso muy despacio. Luego, con una cucharilla, remueve el contenido. Et voilà! El terrón ha desaparecido. El agua es turbia al principio, pero poco a poco se vuelve cristalina. Alza el vaso y lo enseña en todas las direcciones. Exhibe una sonrisa al borde del llanto. Se eleva una exclamación desde el patio de butacas. Un aplauso perplejo rompe el hielo y se contagia al resto de la sala. Hace un par de reverencias, y retrocede a un segundo plano para que el aplauso alcance también a su ayudante. Éste agradece el gesto, y mira al mago con ojos que bailan entre el orgullo y la piedad. Cuando el tiempo pase y el estruendo cese comenzará el siguiente truco. “Ahora vamos a necesitar un voluntario”, proclama el ayudante.

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonita introducción para nuestro libro, eh??, eres la mejor!!!
Besos guapi

Unknown dijo...

pues a mí sólo se me ocurre esto, que por supuesto no es mío sino, creo recordar, de Francisco Medrano:

quien te dijo que ausencia causa olvido
mal supo amar porque si amar supiera
¿qué la ausencia? la muerte nunca hubiera
las mientes de su amor adormecido

o sea, pa los de la LOGSE, que la herida de amor está siempre fresca (si fue amor) y que no es verdad que el tiempo lo cura todo.
Ponte güena!
Besos

Blau dijo...

Leo, leoooo,

Yo, yooooo, yooooo, puedo ser voluntaria? Necesito un truco para recordar sin tristeza.

Un besote

la cocina de frabisa dijo...

Ojalá existiese la fórmula perfecta para no sentir ni un halo de tristeza al recordar los momentos en los que hemos sido felices, me temo que aún no ha sido inventada....

Me encanta como escribes ¿te lo dije?

un besazo

dintel dijo...

Pues, a mí, no me mires de voluntaria. Nunca salgo.

Raúl dijo...

Excelente, Leo. Bueno de verdad.

isobel dijo...

tienes unas maneras de contar las cosas, que siempre se termina con la imaginación de viaje, besos

La Rata Paleolítica dijo...

Genial leo. Simplemente. Primero lo he leído pensando en el título, pero luego, cojo la historia sola, sin pensar en que está escrita con ese título, y me he reído de lo lindo.
Genial chica. Premio a la imaginación y al saber escribir. Me encanta.
Besos.

Jesús.

leo dijo...

"Anónimo": Mi subconsciente ya prepara cosas para nuestro libro, como ves. Que emoción. Tengo muchísimas ganas de que comencemos. Bueno, tú ya lo sabes... Bicos.

Ángel: Yo creo que el amor (del bueno)no se olvida, pero el deseo y el dolor se apaciguan con el tiempo. Y la distancia. Y si no sucede así, estamos hablando de una patología. Claro que el romanticismo es tan patológico como maravilloso. Un beso, mi comentarista inconveniente:-)

Blau: Mi niña, para hacer el truco tendrías que ser tú la maga. Puedes hacerlo. Mil besos.

Frabisa: Ojalá la inventara alguien, sí. Eso es cosa de magos y alquimistas, ¿verdad?
A mí me hace muy feliz que te guste lo que escribo. Un beso grande.

Dintel: Bueno, bueno, habría que preguntarle tu otra mitad si no saliste voluntaria en su día (o cada día)...

Raúl: Mil gracias, maestro.

Isobel: Me gusta mucho esto que me has dicho. ¿Dónde está mejor la imaginación que de viaje? A menudo la mejor forma de solucionar los problemas es dejarla que se marche a paises lejanos y que regrese con ideas en el pico. ¿No te parece? Gracias. Y un beso grande.

Jesús: Jo, muchísimas gracias. No os imagináis lo que me alientan vuestros ánimos, lo feliz que me hace saber que disfrutáis con lo que hago. Un beso muy grande.

Filoabpuerto dijo...

Me encantan los magos y me divierten mucho

Leo, hoy sacaste la niña que hay en mí.

aplausos desde mi "patio de butacas"

Merce

Belén dijo...

Me alegra saber de qué vas a hablar, así ya no me copio ;)

Besicos

carmen dijo...

Muy bueno, Leo. Pero olvidar, nunca. Es como tomar tranquilizantes. Te atontan. Vivir es experimentar.

Sandra Sánchez dijo...

Pues a veces hace falta mucho más que trucos de magia para el olvidar el amor sea perdido o no...
no obstante, la magia de la Magia siempre nos hará (por lo menos) sonreir...
Me ha gustado mucho Leo.
;)

Amparo dijo...

Un texto precioso. Espero la segunda parte?

leo dijo...

Merce: Reverencias y agradecimientos ante esos aplausos. Qué bonito, poder sacar al niño de dentro de uno de vez en cuando. Gracias. Y un beso.

Belén: Jajaja, nada de copiarse. La telepatía no puede ser considerada plagio creativo. ;-) Besos, maña.

Carmen: Ay, Carmen, yo creo que el olvido es fundamental para seguir viviendo. No que desdeñemos lo vivido, sino que nuestra mente pierda la información del dolor sentido. (Dicen que si las mujeres recordáramos el dolor del parto no volveríamos a tener hijos y que hay no sé qué cascada hormonal que produce que olvidemos esas malas sensaciones. Imagínate: nos habríamos extinguido). Vaya rollo que te he soltado... Mil besos.

Pulga: Me alegro de que te haya gustado. Más que trucos hacen falta para olvidar el amor, ¿verdad? Pero está bien si eso nos motiva a hacer un poco de magia cotidiana. Besotes.

Amparo: Es muy posible. Los voluntarios, como las meigas, haberlos haylos. Y vuelta a empezar. El amor es lo que tiene. ;-)

Elvira dijo...

"Et voilà! El terrón ha desaparecido." :-)

Muy bueno, Leo. Me gusta tu magia. A lo mejor algún día te pido un truco.

Besos

Raquel dijo...

Leo y disfruto a Leo paso a paso. Preciosísimo. Te conozco desde mí. ¿Cómo sonará tu vos? ¿Cómo eres par ti?

Araceli Merino dijo...

Impresionante!
Te deja el corazón en un puño.
Casi me quedé sin palabras... pasmada ante una magia tan evidente y a la vez tan desconcertante. Solo faltaría saber como convertir la esperanza baldía en un terron de azucar para poder darle buenos meneos con la cuchara.

leo dijo...

Elvira: No te creas que yo me sé mucho trucos: ojala... Pero podemos intentarlo, ¿no te parece? Un beso y gracias por venir.

Raquel: Me hace muy feliz que disfrutes con esto. Qué bien estaría que pudiéramos tomarnos un café algún día y ponernos voz y cara. Para mí no soy demasiado distinta de lo que escribo aquí. O eso creo. Un beso grande.

Araceli: Pues ahí le has dado, ahí está el truco, lo difícil. Si doy con la manera te avisaré. Un beso y gracias por venir.

Josefa dijo...

Leyendo tu escrito. Me he visto, sentada entre el publico, con cara de curiosidad ante el juego de magia. Sorprendida al ver, como desaparece, el terron de azúcar.
PD.Leo, gracias por pasarte por Las historias de mis abuelos. Siento muchisimo que no hayas podido poner el comentario. No sé que ha pasado, pues son muchos los comentarios que he perdido.
Un abrazo con todo mi cariño.

leo dijo...

Gracias, Josefa. Volveré a intentar dejarte ese comentario. Te lo mereces, de verdad. Un abrazo grande, grande.