martes, 27 de marzo de 2007

ESCOLLOS


Qué bien meterse en la cama cansado. Ese instante en el que estiramos las piernas sobre las sábanas limpias, bien tersas.
Soltar el aire hasta vaciar los pulmones. Coger el libro de la mesita, y dejar que vague la mente por sus páginas, puede que sin prestarle demasiada atención, pero, desde luego, sin permitir que nos asalte la inquietud por las cosas que no nos dio tiempo a hacer, por los asuntos que siempre posponemos.
Apagar la lamparita, cerrar los ojos y rendirnos al sueño, sin caer en la tentación de inventarnos propósitos para el día siguiente. Propósitos que tal vez el miedo no nos permita cumplir.

¿Qué tiene esto que ver con los escollos? Nada. Nada. Nada.

8 comentarios:

Leicca dijo...

:-D
gracias por tus comentarios.

Anónimo dijo...

jajajaja...

Anita dijo...

ufff¡¡ como me ha puesto esta foto¡¡¡ no sabes lo que echo de menos el mar, y además se oparece mucho al mar de mi isla¡¡¡ hummmm ya se acerca el veranito¡¡¡¡, bueno, saludos y un clik que me ha gustado mucho esta foto¡

Anónimo dijo...

Meterse cansadito en la cama, sin pensar y a dormir directamente... ¡¡¡¡¿Cuándo, cuándo, cuándo?!!!!

Anónimo dijo...

Muchas gracias, Bego, Leicca, por la visita y los comentarios.
Anacc: NO me extraña que eches de menos el mar...¡Lo echo de menos yo, y he vivido siempre en Madrid!
Palo: bueno, eso es opción personal, ¿No?, que digo yo que nadie te obliga...:)

Anónimo dijo...

ufff, adoro esa sensación...siempre lo he pensado al meterme en la cama...ultimamente ni tiempo para hacer proyectos o para los recuerdos, simplemente disfrutar del descanso. Mi balneario particular.
Felices sueños

Anónimo dijo...

Querida Leo, me ha emocionado la foto del mar. Por cercanía y por lejanía. ¿Sabes qué esa sensación que describes de abandonarse al sueño la tengo con el mar? me abandono observándolo, tocándolo, domesticándolo con mis brazadas contra sus olas, tocando su suelo arenoso con la punta de mis dedos.
Sabes que mi mar te espera (las espera...), y hasta entonces seguiré regalándole tus saludos de capital.
Voy a abandonarme, a buscar a Morfeo entre las líneas de mi almohada.
Un abrazo muy fuerte

Anónimo dijo...

¿Qué tendrá el mar?
Pronto conoceré ese mar tuyo. Me muero de ganitas.
Espero tu búsqueda de Morfeo sea feliz, esta noche y todas las demás.
Un besote enorme.